La ingesta de verduras y hortalizas es clave para mantener en buenas condiciones el organismo y por ello no deben faltar en una dieta equilibrada, al igual que las frutas. El consumo recomendado por los especialistas es de mínimo tres porciones al día.
Comer estos alimentos a diario es clave para prevenir el desarrollo de enfermedades no transmisibles como la diabetes, el cáncer, la obesidad y la hipertensión, entre otras, según argumenta la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Una de las hortalizas que debería hacer parte de dieta y no debería faltar en la preparación de los alimentos es la cebolla. Además de ayudar a realzar el sabor de las recetas, ofrece diversos beneficios a la salud.
Según la Fundación Española del Corazón, este producto contiene una importante cantidad de agua y es bajo en calorías, es rico en fibra (que ayuda a regular el tránsito intestinal), en potasio (que junto a su bajo contenido de sodio le confiere propiedades diuréticas), y presenta cantidades significativas de calcio, hierro, magnesio y fósforo. Además, las cebollas son ricas en vitaminas del grupo B, y aportan una menor cantidad de vitaminas C y E, estas últimas, con efecto antioxidante.
Uno de los muchos beneficios que le ofrece al organismo es que ayuda a cuidar la salud del corazón. Según la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria en la cebolla hay fitonutrientes, como la quercetina, que son potencialmente beneficiosos para prevenir las afecciones cardíacas y la evolución celular cancerosa; y compuestos de azufre, como la saponina alicina que previenen las infecciones, el aumento del colesterol y la aparición de tumores.
Aliada de la circulación
En lo relacionado con el corazón, las evidencias han encontrado que ayuda a evitar la formación de coágulos en la sangre, promueve la circulación sanguínea y contribuye a combatir las enfermedades relacionadas con una mala circulación.
Al respecto, una publicación de la revista Mejor con Salud destaca las bondades del compuesto quercetina para cuidar la salud de este órgano. La mencionada fuente refiere un estudio publicado en la revista ACS Omega, en el cual se concluyó que este alimento mejora la función de los vasos sanguíneos, ayuda a disminuir la presión sobre las arterias y reduce el estado inflamatorio.
Por su parte, el portal de salud y bienestar Tua Saúde, asegura que este alimento también es fuente de otra sustancia llamada aliina y antioxidantes que promueven la relajación de los vasos sanguíneos, mejorando el proceso de circulación de la sangre.
“Además, podría ejercer acción antiagregación plaquetaria, disminuyendo el riesgo de formar coágulos sanguíneos que originen enfermedades como un accidente cardiovascular”, precisa.
Un beneficio más es que ayudaría a bajar el colesterol LDL conocido como “malo” y los triglicéridos, esto debido a que es fuente de sustancias llamadas saponinas, las cuales disminuyen el riesgo de sufrir enfermedades como la aterosclerosis, que es la formación de placas en las paredes de las arterias. También intervendría para disminuir las posibilidades de presentar infartos.
Otras bondades de la cebolla
Una publicación del diario La Vanguardia, de España, asegura que por su contenido en compuestos ricos en azufre, es, junto con el ajo, uno de los mejo y faringitis, entre otras.
De igual forma, favorece la digestión, al estimular el hígado, la vesícula y el páncreas aunque debería evitarse en casos de acidez estomacal. La cebolla es capaz de eliminar las toxinas y fermentos que se producen en el estómago luego de la digestión.
Es un alimento prebiótico. Información del portal Cuerpo Mente asegura que la cebolla es rica en fructooligosacáridos, prebióticos que estimulan el crecimiento de bifidobacterias en el intestino e inhiben el desarrollo de bacterias patógenas. Este equilibrio en la flora intestinal reduce el riesgo de cáncer de colon.
Debido a que es rica en vitaminas E, C y B, así como en ácido fólico, la cebolla ayuda a prevenir los signos del envejecimiento y retrasar las llamadas líneas de expresión.
Por último, este vegetal ayudaría a regular el azúcar en la sangre, debido a que contiene quercetina y compuestos sulfurados que poseen propiedades hipoglucemiantes. Por esta razón, su consumo es recomendado para personas que padecen de diabetes.
Es importante tener claro que los beneficios de este alimento podrán evidenciarse si se consume en el marco de una dieta equilibrada rica en frutas y verduras, así como en proteínas magras y cereales integrales; además de la práctica regular de ejercicio.