Lo que se come y lo que se evita son los pilares de la salud física. En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud detalla la importancia de una alimentación balanceada, pues reconoce la necesidad del cuerpo de tener las vitaminas, minerales y demás nutrientes esenciales que provienen de la comida.
“Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, de acuerdo a lo que indica la entidad.
De esta manera, como se menciona en la lista de sugerencias anteriores de la OMS, los frutos son de las fuentes más ricas de beneficios. Las nueces son de las que más bondades posee, las cuales son ricas en antioxidantes. Además, aportan un alto nivel de minerales como el potasio, el zinc, el magnesio o el fósforo.
Asimismo, tiene poderosos beneficios como ayudar a la pérdida de peso, tener una composición lipídica, ser fuente de ácidos grasos y tener gran aporte en contra de las enfermedades cardiovasculares.
Todas las capacidades mencionadas anteriormente hacen que las nueces sean consideradas como un superalimento. A su vez, de acuerdo a un estudio de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan, de Harvard, así como de la Fundación Española del Corazón, se determinó que es la salud cardiovascular, su principal poder.
Así las cosas, su aporte en el flujo sanguíneo convierte a las nueces en el aliado perfecto para el tratamiento contra las várices.
En este caso, se resalta el papel de las nueces, gracias a la cantidad de omega-3 que estas poseen, por lo que tiene grandes propiedades, especialmente en materia antiinflamatoria, además de distintas vitaminas, de forma concreta del grupo B, lo que aporta efectos vasodilatadores, lo que da paso a una mejor circulación, y por ende también a la eliminación de várices en la piel.
Cabe mencionar que las venas várices o arañitas son hinchadas, tortuosas y a veces dolorosas que se llenan de sangre, siendo una alerta de que no drena de manera normal, de acuerdo con Medlineplus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. No obstante, más allá de la cuestión estética, pueden estar vinculadas a un aviso sobre un problema de salud, como la Insuficiencia venosa crónica (IVC).
La patología en la mayoría de los casos aparecen en las piernas y frecuentemente sobresalen; además, suelen tener un color azul, rojizo o morado que se nota a simple vista sobre la piel, afectando tanto a hombres como a mujeres. Los médicos advierten que si el flujo sanguíneo a través de las venas empeora, las varices pueden producir dolor, hinchazón, coágulos de sangre y úlceras, según el sitio mejorconsalud.as.
Según el portal el Clarín existen diferentes grados de várices; sin embargo, dependen del desarrollo de su color e intensidad.
Várices grado 1
En este tipo de várices las venas son de color violáceo y pueden llegar a tener forma estrellada. Este tipo de várice produce una sensación de cansancio en las piernas.
Várices grado 2
En este grado, las venas se hacen más visibles y se presentan una serie de síntomas recurrentes en las piernas, en donde destacan los calambres, hormigueos, calor y escozores.
Várices grado 3
En este punto las venas se encuentran más dilatadas, donde se puede apreciar una hinchazón y cambios de coloración en la piel.
Várices grado 4
Este tipo de várices son las más delicadas y suelen aparecer con eczemas o úlceras, las cuales son difíciles de tratar e infectarse con facilidad. En ese sentido, se recomienda consultar con un profesional de la salud y evitar un tratamiento natural.