Una de las enfermedades más temidas es la pérdida de la memoria, ya que, según los expertos, puede afectar significativamente las capacidades y la conducta de la persona, interfiriendo en actividades de la rutina diaria. Generalmente, este fenómeno puede ser un indicador de demencia, una afección que repercute en el pensamiento y el lenguaje. Sin embargo, en ocasiones, podría tratarse de una enfermedad más grave, como el alzhéimer.
La enfermedad de alzhéimer es un trastorno cognitivo que empeora con el paso del tiempo. Este se caracteriza por transformaciones anormales en el cerebro que derivan en depósitos de algunas proteínas. Por lo general, las personas que sufren esta afección presentan una pérdida de volumen del mismo cerebro, es decir, este órgano se atrofia.
“Los signos tempranos de la enfermedad incluyen el olvido de eventos o conversaciones recientes. Con el tiempo, avanza hasta convertirse en un problema grave de la memoria y la pérdida de la capacidad para hacer las tareas cotidianas. Los medicamentos pueden mejorar los síntomas o retardar su progresión. Los programas y servicios pueden ayudar a brindar apoyo a las personas con enfermedad de alzhéimer y a sus cuidadores”, señala Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Hábito que ayuda a prevenir la demencia
Dentro de los hábitos que pueden ayudar a prevenir la demencia, se encuentra el dormir bien. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), “los adultos deben dormir entre 7 a 8 horas diarias para lograr un sueño óptimo y un correcto funcionamiento del organismo”, reseñó el portal Mundo Deportivo.
Descansar las horas adecuadas es destacado por los expertos como uno de los hábitos más importantes para mantener un óptimo estado de salud tanto física como mental. Esto se debe no solo a que mejora la concentración en el día a día, sino porque ayuda a prevenir enfermedades que afectan la memoria, como el alzhéimer.
Cuídate Plus resalta que las consecuencias de no dormir bien pueden empezar a notarse entre los 30 y 40 años. Por su parte, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Neurology, las personas en este rango de edad con trastornos del sueño evidencian problemas de memoria.
En este sentido, los especialistas subrayan que, si bien dormir las horas suficientes es importante, la calidad del sueño es aún más relevante. Por lo tanto, el estudio citado hace hincapié en la importancia de comprender la relación entre el sueño y la cognición desde edades tempranas, ya que, de lo contrario, podría convertirse en un factor de riesgo para esta enfermedad.
Por otro lado, en una entrevista con Infobae, la doctora Stella Maris Valiensi, médica del Hospital Italiano de Buenos Aires y especialista en trastornos del Sueño del Servicio de Neurología, explicó que algunos trastornos del sueño, como el insomnio, la somnolencia y el hablar dormido, entre otros, son desórdenes en la conducta del sueño que aceleran el proceso de envejecimiento y favorecen el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas.