Durante la etapa del envejecimiento suelen ser diagnosticadas diversas enfermedades que pueden perjudicar la salud del corazón, el hígado e incluso influir de manera negativa en el tránsito intestinal. Hoy en día algunas patologías que solían ser frecuentes en pacientes con edad avanzada están siendo diagnosticados en pacientes jóvenes como consecuencia del sedentarismo y de los excesos en cuanto al tabaco, el alcohol y productos alimenticios nocivos para la salud.

Una de las enfermedades que más está afectando al corazón son los infartos, estos por lo general se detonan en un paciente que tiene los niveles de colesterol elevados.

Para empezar es importante recordar que esta sustancia es necesaria en cantidades moderadas para que el cuerpo pueda cumplir con determinadas funciones, el mismo organismo es quien se encarga de producirla; sin embargo, cuando un paciente abusa de la ingesta de alimentos cargados en grasa saturada y ultraprocesados los niveles de colesterol aumentan.

Cuando esto sucede el cuerpo no puede hacer uso de toda ese colesterol, por ende esta sustancia cerosa se empiezan a adherir a las paredes de las arterias impidiendo que la sangre y el oxígeno circulen de manera adecuada hacia otras partes y órganos del cuerpo. Cuando el corazón no recibe el suficiente oxígeno y líquido rojo puede generarse un ataque al corazón o infarto.

Las enfermedades cardíacas son la primera causa de muerte en los Estados Unidos. | Foto: Gettyimages

Por su parte, el hígado es el órgano interno más grande del cuerpo y suele ser uno de los más afectados por las decisiones que suelen tomar las personas a la hora de escoger los productos o los alimentos que consumirán a diario. El hígado es fundamental para el organismo porque ayuda a eliminar toxinas, a digerir grasas y a almacenar los nutrientes.

El hígado graso no alcohólico (HGNA) es la causa más frecuente de enfermedades hepáticas crónicas, como insuficiencia hepática y cáncer de hígado, en Europa y Estados Unidos. Este padecimiento suele ser diagnosticado con frecuencia en pacientes con diabetes de tipo 2 y en personas con sobrepeso crónico.

Además, de los problemas en el corazón y en el hígado, la mala alimentación y la falta de actividad física está generando problemas para que los pacientes puedan expulsar las heces de manera adecuada haciendo que el tránsito intestinal se vuelva lento, a este padecimiento se le conoce como estreñimiento.

Para que un paciente sea diagnosticado con estreñimiento es porque tener tres o menos evacuaciones, según explica la biblioteca de salud y medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus.

Comer espárragos trae grandes beneficios para el organismo, entre ellos, prevenir el estreñimiento. | Foto: Libre de derechos

La Fundación Española del Corazón aseguró en medio de una publicación compartida en su portal web que el aceite de oliva extra virgen es un buen aliado para prevenir y tratar los padecimientos antes mencionados, según las últimas investigaciones.

Es importante mencionar que el aceite de oliva protege al cuerpo de la inflamación, el estrés oxidativo, y del riesgo de padecer diversas enfermedades cardiovasculares. Este producto al contener ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico) y poliinsaturados (ácido linoleico) cuenta con la capacidad de:

El aceite de oliva ayuda a mejorar el tránsito intestinal. | Foto: Getty Images
  • Elevar los niveles de colesterol HDL (bueno)
  • Regula la presión arterial
  • Reduce la aparición de trombosis y previene la aparición de diabetes

La entidad antes mencionada indicó que lo ideal es consumir tres a seis raciones de esta aceite a diario. Es fundamental recordar que el aceite de oliva extra virgen se le puede añadir a una ensalada como un aderezo, a los guisos o de manera ocasional se pueden freír una papas en él. “En este último caso, los nutricionistas recomiendan su utilización por encima de cualquier otro aceite vegetal, ya que a altas temperaturas sigue manteniendo sus propiedades”.

Cabe recordar que la información suministrada en el contenido anterior no sustituye la asesoría médica y por ello es mejor siempre consultar a un experto de la salud.