Existen distintas formas de fortalecer y optimizar el sistema inmunológico y una de ellas es la alimentación, un factor esencial para mantener el cuerpo saludable y prevenir enfermedades. De acuerdo con MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, el sistema inmunitario es una intrincada red de células, tejidos y órganos que despliega una labor vital al protegerse contra infecciones y diversos trastornos.
Por lo general, cuando las personas se enfrentan a gérmenes invasores, como bacterias y virus, el sistema inmunitario se moviliza en una valiente lucha para contrarrestar sus efectos nocivos y mantenernos a salvo. De hecho, cuando se identifican sustancias extrañas o potencialmente dañinas, conocidas como antígenos, se pone en marcha una respuesta inmune.
Según la entidad en mención, dicha respuesta hace referencia a la producción de anticuerpos, proteínas especializadas que se encargan de debilitar y destruir los antígenos. Además, el sistema inmunitario crea células específicas diseñadas para atacar a estos invasores y garantizar que no causen estragos en nuestro cuerpo.
Cabe mencionar que un aspecto asombroso del sistema inmunitario es su capacidad para recordar los antígenos con los que ha entrado en contacto previamente. La memoria inmunológica permite una respuesta más rápida y efectiva si nos volvemos a enfrentar a los mismos invasores en el futuro. Esta capacidad de reconocimiento y respuesta rápida es lo que nos otorga inmunidad ante ciertas enfermedades, evitando que nos enfermemos repetidamente por la misma causa.
De esta manera, su cuidado se debe priorizar y por ello, el consumo de ciertos superalimentos favorece el aumento de las defensas para combatir cualquier enfermedad. Por ello, el portal web Tua Saúde destaca las propiedades del camote, una raíz tuberculosa, rica en fibras, vitaminas A, C y del complejo B, minerales como potasio y magnesio y antioxidantes, como betacaroteno y antocianinas, que ayudan a proteger las células del cuerpo contra los efectos de los radicales libres.
Respecto a su alto contenido de vitamina C, betacarotenos y antocianinas, el camote tiene una buena acción antioxidante en el organismo, lo cual ayuda a fortalecer el sistema inmune con el fin de prevenir enfermedades como gripes y resfriados, además de mejorar la cicatrización de heridas.
Adicional a este beneficio, este tubérculo también es ideal para mejorar la salud del sistema digestivo. Al ser rico en fibras solubles e insolubles, especialmente cuando se consume cocida y con cáscara, el camote ayuda a formar el bolo fecal y estimular los movimientos intestinales, combatiendo el estreñimiento. Por otra parte, como lo menciona el portal en mención, este alimento funciona como un prebiótico natural, ya que es fuente de alimento para las bacterias benéficas del intestino, ayudando a equilibrar la flora intestinal y previniendo el estreñimiento.
¿Cómo consumir este alimento?
Como tal, este tubérculo puede consumirse con o sin cáscara, pudiendo prepararse en el horno, asado, cocido o a la parrilla. “Puede incluirse en el desayuno y en las meriendas, sustituyendo el pan, así como en las comidas principales, acompañado de vegetales frescos y alimentos, fuentes de proteínas como pollo, pavo, huevo o pescado”, indica Tua Saúde.
En cuanto a la cantidad óptima que se debe consumir, los expertos señalan que lo ideal en ingerir entre 1 a 2 tazas cortadas en cubos en una comida. En caso de padecer diabetes, el consumo de camote debe ser en pequeñas porciones entre 1/2 taza a 1 taza y, de preferencia, cocida, ya que de esta forma el índice glucémico es menor que cuando se cocina asado o a la parrilla.
La información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y, por ello, lo primero que se debe hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.