Un elemento clave para poder mantener la salud digestiva y potenciar las capacidades del organismo es el buen funcionamiento del sistema digestivo del cuerpo humano. De no ser así, podrían desarrollarse dolencias que provocarían graves daños para la salud en general.
Dentro de las afectaciones más comunes en el proceso de digestión, también conocido como tránsito intestinal, están la acumulación de gases intestinales y el estreñimiento, que pueden implicar una dificultad profunda para el organismo, a causa de la manera en que las toxinas que se ubican en el interior del cuerpo humano, no pueden ser expulsadas en un tiempo adecuado.
Aunque el estreñimiento es un síntoma y no una enfermedad, según expertos, se caracteriza tanto por la escasa frecuencia de defecación, como la dificultad para expulsar las heces que pueden presentar algunas personas, en determinados momentos. “Aunque el estreñimiento ocasional es muy común, algunas personas experimentan estreñimiento crónico, que puede interferir en la capacidad de realizar sus tareas diarias”, precisó el instituto Mayo Clinic.
Para evitar estos problemas, los expertos suelen recomendar una dieta rica y balanceada, que aporte los nutrientes necesarios para el cuerpo humano, sin embargo, es vital el papel de la fibra ante este tipo de este de situaciones, ya que es un elemento capaz de estimular la expulsión de heces acumuladas, así como tomar mucho líquido para ayudar a que el mencionado nutriente funcione mejor.
¿Cómo combatir este problema de salud?
Los frutos rojos o también conocidos como frutas del bosque contribuye a hacerle frente a este problema digestivo. “Por su contenido en cereales, preferiblemente de grano entero o copos integrales, frutas desecadas y frutos secos, su contenido en fibra es muy importante, lo que contribuirá a una regulación en el tránsito intestinal”, señaló Mapfre en su sección de salud.
Por su parte, este grupo de alimentos, entre los que se destacan las cerezas, las frambuesas, las bayas, las zarzamoras o las fresas, son alimentos que le brindan una serie de beneficios al organismo. Se destacan por sus propiedades antioxidantes y desinflamatorias que obtienen de nutrientes como las vitaminas C y E, que ayudan a reducir los riesgos de sufrir de enfermedades como la artritis o la artrosis gracias a los altos niveles de antocianinas, de acuerdo con Arthritis Foundation.
Estas frutas se caracterizan por sus potentes colores que obtienen gracias a los flavonoides y polifenoles, como las isoflavonas y las antocianinas, principales responsables de las tonalidades rojizas y azuladas de estos alimentos, compuestos que resultan muy saludables para el cuerpo.
Su aporte calórico oscila entre las 30 y las 50 Kcal por 100 g, y tienen un contenido graso prácticamente nulo, poca cantidad de proteínas, y la energía que proporcionan proviene fundamentalmente de los hidratos de carbono (12-15 g por 100 g).
Información del portal de estilo de vida unCOMO asegura que estos frutos tienen propiedades diuréticas, neuroprotectoras y antibacterianas. En general, estos productos comparten algunas características. Sin embargo, hay otras que los hacen muy únicos como es el caso de los arándanos, que son apetecidos por su contenido de vitamina C, fibra, potasio, hierro y calcio.
¿Cómo consumir estos alimentos?
De acuerdo con Mapfre, en su sección de salud, estas apetitosas, pequeñas y llamativas frutas se pueden tomar de múltiples maneras, aunque la forma más común sea a través de preparaciones como mermeladas o postres dulces.
Otras formas de ingerirlas es como fruta fresca de postre, en salsas que pueden acompañar en repostería, arroces, carnes, entre otras, o tal cual como guarnición en un plato de carne, especialmente carnes rojas o carnes de caza. Incluso, estos alimentos pueden ser una buena opción en zumos, sorbetes, batidos y smoothies.