Las sardinas en aceite de oliva son una comida que por excelencia deben estar en la dieta de cualquier persona que padezca diabetes o tenga los niveles del colesterol alto.

Tener el colesterol alto es una complicación que cada día afecta a más personas en todo el mundo, siendo el detonante para la obesidad o diabetes. En cuestión y bajo la experticia de Mayo Clinic, se sabe que el colesterol es una sustancia cerosa que se forma en la sangre. Hay dos tipos, el positivo y negativo; siendo éste último el responsable de las complicaciones de salud.

El organismo necesita del colesterol, siempre y cuando se mantenga en los estándares recomendados. Cuando los niveles se superan, dentro del torrente sanguíneo se forman depósitos grasos, los cuales pueden crecer más y terminan dificultando el flujo de la sangre para todo el organismo.

El colesterol malo cuando se adhiere a las arterias evita el flujo óptimo de la sangre. | Foto: Getty Images

En el peor de los casos y cuando las capas de grasa llevan demasiado tiempo desarrollándose en los vasos sanguíneos, cabe la posibilidad que en un punto se rompan y terminen formando coágulos, los cuales son el factor de riesgo para sufrir un ataque cardiaco o accidente cerebrovascular.

El colesterol alto puede heredarse, aunque suele ser el resultado de la elección de un estilo de vida poco saludable, por lo que se puede prevenir y tratar. Por ello, los expertos mantienen sus recomendaciones en llevar a cabo hábitos saludables, en los cuales converjan la correcta alimentación con la actividad física.

Cabe mencionar que el colesterol negativo es aquel que se denomina lipoproteína de baja densidad (LDL). Los especialistas apuntan que éste es el que se acumula en las arterias. En cambio, el positivo es la lipoproteína de alta densidad (HDL), el cual si es necesario para el organismo, en especial para el funcionamiento del hígado.

La diabetes es una consecuencia del colesterol alto. | Foto: Copyright by Tom Werner

Con lo que respecta a la alimentación, una de las recomendaciones para agregar a la dieta es la sardina en aceite de oliva. Está comprobado que su consumo regular tiene un efecto preventivo frente a la acumulación de grasa y desarrollo de diabetes tipo 2.

Los expertos de Clínic Barcelona indican que las sardinas aportan omega-3, el cual es un nutriente fundamental para la acción protectora contra la diabetes. De igual forma, este alimento proporciona importantes cantidades de taurina, calcio y vitamina D.

Para sacarle provecho a este producto, se recomienda consumir alrededor de 200 gramos de sardinas a la semana. Tomando en cuenta el estudio ‘Efectos preventivos de la diabetes tipo 2 con una dieta enriquecida con sardina durante 12 meses en población anciana con prediabetes: un ensayo intervencionista, aleatorizado y controlado’; se confirmaron los beneficios de este plato.

Las sardinas con aceite de oliva son beneficiosas para la salud. | Foto: Getty Images

La investigación tomó en cuenta a 152 pacientes de tres centros de atención primaria de 65 años o más con prediabetes (con unos niveles de glucemia en ayunas entre 100-124 mg/dl). Todos ellos participaron en un programa nutricional enfocado en disminuir el riesgo de padecer la enfermedad, pero solo el grupo de intervención añadió a su dieta 200 gramos semanales de sardinas mezcladas con aceite de oliva.

Posteriormente, los científicos encontraron que el grupo que no consumió sardinas aumentó en un 27% el riesgo de sufrir diabetes, mientras que las personas consumidoras de este alimento redujo en un 37% el riesgo de experimentar complicaciones de salud. Aparte de ello, obtuvieron una mejoría en otros asuntos, tales como la disminución del índice de resistencia a la insulina, aumento de colesterol bueno, fortalecimiento de metabolismo, disminuir los triglicéridos y regular la presión arterial.