Muchas personas sufren inflamación en las encías, que se origina esencialmente por la acumulación de placa bacteriana, debido a que no se ha realizado una correcta higiene oral diaria.
Esto lleva a que las bacterias nocivas que viven naturalmente en la boca se multipliquen y por, consiguiente, infecten las encías causando inflamación.
De acuerdo con los especialistas, el espacio entre la encía y el diente es propicio para la acumulación de placa bacteriana, y restos de comida, por lo que recomiendan una buena salud oral con el propósito de contrarrestar una situación de esta naturaleza.
De no hacerlo, la persona puede sufrir de gingivitis o una enfermedad periodontal que puede provocar, incluso, la pérdida de los dientes y otras afecciones graves.
Recordaron que la periodontitis es una afección mucho más grave ya que, además de afectar a la encía, se produce una destrucción del hueso alveolar y del ligamento periodontal, ambos tejidos de soporte del diente.
Los síntomas incluyen encías inflamadas, hinchadas, retraídas y sensibles o que sangran con facilidad, por lo que se recomienda un tratamiento que incluye la limpieza profesional y hacer enjuagues bucales.
Pero además de esta causa, en menor grado se encuentran los cambios hormonales como el embarazo y adolescencia o por ciertos medicamentos.
Puede suceder, además, por la aparición de las llamadas úlceras bucales que provocan inflamación de las encías, aunque tienden a desaparecer a los pocos días
Otra de las razones es una alimentación deficitaria en vitamina C, enfermedades sistémicas o tratamientos que afecten al sistema inmunológico, determinados fármacos y el estrés, entre otros.
¿Cómo saber si las encías están inflamadas?
- Encías rojas: uno de los síntomas es la aparición de un color rojo brillante o morado.
- Sangrado al cepillarse o usar hilo dental: es el más notorio de los síntomas que también se puede presentar al darle un mordisco a una manzana. Aunque muchas personas relacionan el sangrado a la fuerza con que una persona se cepilla los dientes, la suspenden, pero eso puede empeorar la situación, porque más bacterias se acumulan y la enfermedad empeora.
- Encías sensibles: en muchas ocasiones pueden doler solo al tacto. Los especialistas han señalado que las encías deben ser firmes.
- Mal aliento o halitosis: se trata del síntoma más habitual y que va de la mano con las encías inflamadas.
- Recesión de las encías: esto significa que la encía retroceda dejando ver la raíz del diente.
Una de las situaciones que se puede presentar, es que una persona que fuma tabaco, por la acción vasoconstrictora de este producto, no permita ver la inflamación, ni el cambio de color, ni el sangrado, lo que no significa que las encías no estén infectadas.
En todos los casos, es importante que la persona acuda al odontólogo, con quien se puede consultar el tratamiento adecuado en los casos en que presente esta situación.
Cómo bajar la inflamación
Los especialistas consideran que un buen cuidado de la boca es suficiente para que las encías no enfermen, por lo que es necesario cepillar los dientes después de cada comida (mínimo 3 veces al día) durante dos minutos.
Para ello, lo ideal es utilizar una pasta dentífrica con flúor para evitar la caries y la sensibilidad dental, sin embargo, ante la aparición de una inflación se debe acudir al dentista.
Aunque también existen una serie de remedios caseros que pueden ayudar a solucionar esta situación, como enjuagues bucales de agua con sal o mezclar bicarbonato de sodio con un poco de agua hasta crear una pasta con la que frotar la encía.
Otra de las alternativas es frotar la encía varias veces al día con un poco de aloe vera o moler un poco de jengibre, agregarle una pizca de sal y agua y, con la pasta resultante, masajear las encías.
Así mismo, la persona puede coger una bolsita de té y ponerla en agua a hervir, reposar la infusión y añadirle una cucharadita de miel, que puede tomarse después del cepillado.
Igualmente, se puede masticar cebolla cruda durante unos minutos o preparar un zumo de cebolla y aplicarlo con un trozo de algodón o tomar zumo fresco de limón o de arándanos en agua tibia y usarlo como enjuague bucal durante tres veces al día.
Otro de los remedios caseros es hacer enjuagues bucales con dos cucharadas de agua oxigenada en media taza de agua tibia, preferiblemente después del cepillado (unas tres veces al día).