El aloe vera, también conocido como sábila, es un ingrediente muy popular, conocido por hacer parte de la composición de muchos productos cosméticos para el cuidado de la piel, del cabello, etc.
Originaria de regiones áridas y tropicales, esta planta se ha adaptado bien a diferentes condiciones climáticas y tipos de suelo.
Es utilizada en la elaboración de productos cosméticos, ya que cuenta con nutrientes y cualidades que son beneficiosas para cuidar la piel y, por ende, reducir las arrugas.
Beneficios del aloe vera
- Combate la celulitis.
- Ayuda a la cicatrización de la piel.
- Contribuye a mejorar la apariencia de las manchas.
- Ayuda a atenuar las arrugas y líneas de expresión.
- Hidrata la piel.
- Tiene un efecto calmante y ayuda a regenerar la piel afectada por quemaduras solares.
- Es antiinflamatoria. Es una gran opción para realizar un masaje cuando se tiene un dolor muscular.
Por tal motivo, el portal Mejor con Salud da a conocer diferentes métodos para utilizar el aloe vera. Sin embargo, antes de ponerlos a prueba, se recomienda consultar con un profesional en dermatología.
Mascarilla exfoliante
Ingredientes:
- 50 g de azúcar morena.
- 15 g de gel de aloe vera.
- 16 g de aceite de oliva extra virgen.
Preparación:
- Limpiar bien el gel de la sábila con abundante agua.
- Mezclar los ingredientes en un recipiente de vidrio.
- Aplicar sobre el rostro y realizar un suave masaje circular con la yema de los dedos por cinco minutos.
- Acto seguido, enjuagar con agua fresca y secar con toques suaves.
¿Cómo reproducir una planta de aloe vera?
Una mezcla de tierra para macetas y perlita proporciona la combinación perfecta para su cultivo. La persona debe asegurarse de que la tierra esté suelta y aireada para permitir un óptimo desarrollo de las raíces y evitar problemas de pudrición.
Una vez que se haya elegido la maceta y preparado el suelo, es hora de trasplantar el aloe vera. Retirar cuidadosamente la planta de su maceta original, asegurándose de no dañar las raíces. Colocar la planta en el centro de la nueva maceta y llenar los espacios con la mezcla de tierra preparada. Presionar suavemente alrededor de la base para estabilizar la planta
El aloe vera adora la luz solar, pero también puede prosperar en condiciones de sombra parcial. Colocar la maceta en un lugar donde reciba al menos seis horas de luz solar directa al día. Las ventanas orientadas al sur son ideales, pero si no se cuenta con esa opción, las luces de cultivo también pueden ser una solución efectiva.
Una de las principales características del aloe vera es su capacidad para almacenar agua en sus hojas carnosas. Esto significa que no necesitan riegos frecuentes. Dejar que la tierra se seque completamente entre riegos para evitar el exceso de humedad, que puede ser perjudicial para la planta.
Aunque el aloe vera es resistente en climas cálidos, no tolera bien las temperaturas extremadamente frías. Si se vive en un área con inviernos rigurosos, considerar trasladar la planta a un lugar más cálido durante la temporada fría o protegerla con mantas térmicas.
El aloe vera no es un devorador voraz de nutrientes, por lo que la fertilización debe hacerse con moderación. Aplicar un fertilizante equilibrado diluido una vez al mes durante la temporada de crecimiento (primavera y verano). En invierno, cuando la planta está en reposo, evitar fertilizar.
Después de algunos meses de cuidado y atención, el aloe vera estará listo para la cosecha. Las hojas más grandes y maduras son las más beneficiosas. Utilizar tijeras limpias para cortarlas cerca de la base. El gel que se encuentra en el interior de las hojas puede ser utilizado directamente sobre la piel para aliviar quemaduras, cortaduras o irritaciones.