Muchas personas creen que la vida sexual se va disminuyendo con el pasar de los años, y que, así como la laboral, también tiene fecha de caducidad. Sin embargo, varios terapeutas de pareja y sexólogos aseguran que esta idea no es más que un mito y el sexo puede ser igualmente placentero en todas las etapas de la vida. Una de ellas es la autora francesa Marie de Hennezel, psicóloga clínica y experta en envejecimiento que acaba de publicar el libro Sexo después de los sesenta. Hennezel parte de un dato concreto: las personas que tienen hoy entre 53 y 70 años pertenecen a la generación de los baby boomers, hijos de la posguerra que vivieron la época de la liberación sexual en los años sesenta y setenta. Por eso experimentaron la sexualidad de una manera distinta a la de sus papás y abuelos. Las generaciones anteriores tuvieron problemas para expresar sus deseos y eran menos desinhibidas. “Los ‘baby boomers’ no y ahora que están envejeciendo quieren evitar a toda costa que su vida sexual se desvanezca. Pero para lograrlo deben reinventarse y vivir una segunda adolescencia”, cuenta la autora.Es normal que después de los 40 aparezcan achaques, entre ellos problemas cardiovasculares. Adicionalmente se presentan cambios hormonales que disminuyen el deseo y el rendimiento sexual, tanto en hombres como en mujeres. En ellos es común padecer andropausia, o disminución de los niveles de testos-terona, y los problemas cardio-vasculares pueden ocasionar disfunción eréctil. Mientras tanto, ellas sufren una disminución del nivel de la libido a causa de la baja de de testosterona y los problemas de lubricación por la falta de estrógenos. A esto se suma que algunas pueden sufrir de depresión ante el cambio de su figura corporal y otros signos de vejez, que les hacen pensar que ya no son atractivas para su pareja. Además de esto, Hennezel señala que las preocupaciones propias de esta etapa también generan un bloqueo que provoca dificultades sexuales sin distinción de género.Pero lo anterior no quiere decir que sea imposible disfrutar la sexualidad. Hay formas de tratar estas disfunciones de la mano de un especialista. Como lo demuestran los estudios científicos, una vida sexual activa desempeña un papel clave en la salud física y mental sin importar la edad. “Por eso hay que invertir tiempo en la vida en pareja, darle prioridad incluso en la vejez”, afirma Hennezel. La autora dice que los sexagenarios deben volverse ‘sexigenarios’ y quitarse muchos mitos de la cabeza, pues todo está en la mente. Por eso expone en su libro las siguientes recomendaciones prácticas.1 Con amor y sin afánEn los años mozos se puede hacer el amor sin conocer mucho al otro. En el sexo entre personas maduras es indispensable una conexión íntima, es decir, interés por la pareja y sus emociones. Además, estos adultos suelen tener sus relaciones sexuales de forma más sensual y lenta, sin buscar el orgasmo de forma acelerada como lo hacen normalmente los jóvenes. Esto hace que sea divertido, íntimo y satisfactorio. “La sexualidad a esta edad se caracteriza por ser más suave, tierna e íntima”, señala la autora. A esa edad se tiene la ventaja de la experiencia ganada, lo cual sirve para disfrutar al máximo de la relación sexual. Adicionalmente, el juego previo cobra mayor importancia dado que los niveles de testosterona y estrógeno disminuyen, y hay que estimular adecuadamente la zona genital y evitar que el coito sea doloroso. Aunque la frecuencia sexual no es la misma que en los años mozos, el placer no está en la cantidad sino en la calidad.2 Cuidar la figura, pero sin obsesionarseCon los años llegan las arrugas y los músculos pierden flexibilidad y tonicidad. Además es mucho más fácil ganar peso por los cambios hormonales y metabólicos. Estos cambios disminuyen el atractivo sexual e influyen en la falta de deseo. Para evitar esto Hennezel sugiere practicar yoga, hacer gimnasia y consumir una dieta saludable. De esa forma se puede mantener un peso estable y la pareja lo agradecerá. Sin embargo, la autora señala que no hay que obsesionarse con la apariencia, sino mantener la autoestima intacta y disfrutar al máximo en pareja. “A esa edad hay que hacer todo lo que nos haga sentir jóvenes. Entre esas cosas está el sexo y hay que estar abiertos a experimentar sin importar la edad”, explica Hennezel.3 Cultivar la seducciónSi en la pareja se mantiene un halo de misterio, habrá deseo y lujuria. La distancia es importante y las parejas que pasan demasiado tiempo juntas a veces se les olvida darle espacio al otro para que haga sus cosas. Si bien es cierto que en esa edad muchos ya se han jubilado y pasan demasiado tiempo juntos, Hennezel dice que debe haber un grado de separación en las rutinas diarias para que se mantenga vivo el anhelo de ver al otro. “La proximidad excesiva puede disminuir la lujuria. Hay que saber hacerse desear y recordar que la rutina mata la pasión”, asegura la autora.Y cuando se trate de seducir a la pareja, hay que usar la imaginación y crear un ambiente propicio para que el deseo aumente. “Es importante reconquistar a la pareja con detalles como una invitación a cenar, un regalo y poner velas en el cuarto en una velada romántica. Como si los años no hubieran pasado”, afirma la autora.4 Mirar películas eróticas acompañado Anteriormente la sexualidad era un misterio y había que descubrirla poco a poco. Ahora todo está en internet y abundan guías prácticas sobre cómo tener sexo. “No se deja mucho a la imaginación y esto tiene un impacto negativo para la libido porque se pierde el misterio, algo esencial para el juego de la seducción”, afirma Hennezel. La autora dice que las películas eróticas o los juguetes sexuales pueden ser herramientas útiles para enriquecer la vida sexual en la tercera edad si se hace con la pareja. “Explorar juntos alimenta la conexión, en particular la sensorial”, señala la autora. Sin embargo, vale aclarar que lo más recomendado es el llamado cine erótico, pues las películas triple X deforman demasiado las relaciones sexuales y hacen que pierdan su esencia y encanto.5 Aprender tantraEl tantra es una práctica asiática que habla de cultivar una conexión íntima y profunda entre las parejas, y promueve una visión casi espiritual de la sexualidad. Según Hennezel recibir una terapia en pareja para aprender esta técnica puede ser muy útil pues ayuda a canalizar mejor la energía sexual y a disfrutarla de otra manera. La autora se refiere a uno de los ejercicios que consiste en mirarse fijamente a los ojos durante diez minutosy en ese proceso sentir la respiración mientras están abrazados. “Muchos se burlan deesta ejercicio pero vale la pena hacerlo porque mejora la relación”, dice.6 Sí a la infidelidad, pero con cuidadoHennezel asegura que la principal causa de divorcio es la falta de buen sexo. Por eso cuando la frecuencia de relaciones sexuales comienza a disminuir, es fundamental que las parejas visiten a un sexólogo o psicoterapeuta que los ayude a descubrir las causas de esa falta de deseo. Así encontrarán soluciones para ese problema. “En estos casos se les pregunta qué los unió en un principio y por qué se enamoraron. A partir de eso se busca revivir ese sentimiento”, afirma la autora. Aunque los casos de infidelidad aumentan por esta causa, la autora dice que no está mal tirarse una canita al aire siempre y cuando sea consensuado. Además, los cachos pueden for-talecer los matrimonios. Así lo ha evidenciado Hennezel con varias parejas. No obstante, afirma que para los hombres es más difícil aceptar una infidelidad, pues golpea su virilidad. Lo más importante es comunicarse abiertamente, expresar los deseos y necesidades para evitar conflictos. Al final de cuentas, tener buen sexo es la mejor solución.