Los tumores son catalogados por los expertos como una masa de tejido corporal anormal que aparece dentro del cuerpo que causa alteraciones y bloqueos dentro del mismo, pues envía señales negativas al resto de los órganos. Aquellos pueden ser catalogados como malignos, normalmente asociados a enfermedades como el cáncer, o benignos, los cuales no invaden tejidos sanos y no producen metástasis.

Este tipo de afectaciones están formadas por un conjunto de células de tejidos anormales que se multiplican descontroladamente y afectan la salud de los pacientes. Los tumores se clasifican en diferentes grados, según su avance y nivel de afectación. Las escalas más comunes están entre el número 1 y el 4. El mayor es el momento en que las células lucen de la manera más anormal posible.

Síntomas que indican que puede tener un tumor. | Foto: Getty

Signos y síntomas de los tumores

Depende del tipo de tumor; sea maligno o benigno, los síntomas suelen desarrollarse en diferentes escalas de tiempo. Esto también depende del lugar en el que la masa se esté desarrollando, pues las consecuencias serán diferentes en cada persona.

Aumento de la presión

Esta suele estar presente a la hora de la formación de algunos tumores. Estas protuberancias pueden aumentar la presión intracraneal, causando un bloqueo del flujo líquido del cerebro.

El aumento de la presión sanguínea es un síntoma de la aparición de tumores. | Foto: Getty Images
Dolores de cabeza

Uno de los síntomas más comunes a la hora de padecer un tumor cerebral suelen ser los constantes y punzantes dolores de cabeza, que suelen ser peores en la mañana. Adicionalmente, pueden producir cambios considerables en la vista de los pacientes, acompañados de grandes dificultades a la hora de mantener el equilibrio.

Cambios en el comportamiento

Aunque los primeros en notar esto suelen ser los familiares o amigos, los pacientes deben tener en cuenta y ser conscientes de sus repentinos cambios en el comportamiento y/o personalidad. En muchos casos, especialmente en los tumores cerebrales, se suele presentar algún tipo de interferencia entre el razonamiento y la memoria.

Convulsiones

Especialmente en el caso de los tumores cerebrales, las convulsiones suelen ser un síntoma muy común. Es importante tener en cuenta que, después de padecer estos inconvenientes en la salud, los pacientes suelen tardar algunos minutos o segundos en responder y retomar sus actividades, y no deben ser ignorados o pasados por alto, pues no es una reacción normal del cuerpo.

Por esta razón, hay que estar muy atentos ante estos episodios y mantener la calma para que el paciente sea atendido por un profesional de la salud. Este está en la obligación de realizar los respectivos exámenes para determinar las causas.

La convulsiones son un síntoma común en las personas con tumores. | Foto: (c) Copyright 2022, dpa (www.dpa.de). Alle Rechte vorbehalten

¿Cómo se clasifican los tumores?

Estas protuberancias formadas al interior del cuerpo suelen categorizarse según el nivel de células anormales que los componen. Normalmente, como se dijo, se encuentran en una escala del 1 al 4, basándose en las alteraciones provocadas alrededor de los tejidos.

* Grado 1: las células bien diferenciadas con ligera anormalidad.

* Grado 2: las células moderadamente diferenciadas y con ligera anormalidad.

* Grado 3: las células poco diferenciadas y con mucha anormalidad.

* Grado 4: las células son inmaduras y primitivas e indiferenciadas.

La clasificación de los tumores se da en una escala del 1 al 4. | Foto: Getty Images

¿Cómo se detecta un tumor?

Gracias a las muestras técnicas obtenidas por medio de los rayos X, las pruebas de ultrasonidos y las resonancias magnéticas, actualmente es mucho más sencillo detectar un tumor para realizar los respectivos tratamientos indicados para cada paciente.

No obstante, otro tipo de prácticas, como análisis de sangre y punciones en la médula ósea y ganglios linfáticos, suelen ser muy efectivas.

Al detectar la aparición de un cuerpo anormal dentro del organismo, es necesario realizar una biopsia, que consiste en extraer una ligera cantidad de tejido de la zona afectada para enviarlo a un laboratorio, donde el patólogo determinará si se trata de células cancerígenas o si, por el contrario, no va a traer mayores complicaciones.