El colesterol y los triglicéridos son dos tipos de grasas que abundan en el organismo y son importantes para su normal funcionamiento.
Según el instituto Mayo Clinic, el primero se usa para construir células y ciertas hormonas; mientras los segundos, almacenan las calorías no utilizadas y le proporcionan energía al cuerpo.
Información de MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, indica que el cuerpo produce todo el colesterol que requiere, pero esta sustancia también se encuentra en alimentos de origen animal, como yemas de huevo, carne y queso.
Cuando sus niveles se elevan es posible que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos, los cuales con el tiempo crecen dificultando el fluido normal de la sangre a través de las arterias.
Según información de la compañía de salud Sanitas, de España, siete de cada diez personas mayores de 45 años tienen el colesterol alto.
Los triglicéridos, por su parte, son el lípido más importante en la sangre; sin embargo, al igual que sucede con el colesterol, sus niveles elevados se asocian con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y pancreatitis, según la Fundación Española del Corazón.
De acuerdo con esta institución, para mantener estas grasas en rangos aceptables es importante seguir una alimentación que sea baja en grasa saturada e incluir alimentos ricos en ácidos grasos monoinsaturados, como el aceite de oliva y aquellos en los que predominen los Omega-3.
Tanto el colesterol como los triglicéridos aumentan en el organismo debido a la ingesta de grasas saturadas, la falta de ejercicio, el historial familiar, el sobrepeso, la edad, el sexo y el exceso de alcohol.
En la dieta es importante incluir alimentos que ayuden a mantener bajo control los niveles de estas grasas y un producto que ayuda en este propósito es el avena.
El poder de la avena
Los expertos aseguran que este cereal es una importante fuente de fibra soluble, que reduce el colesterol de lipoproteína de baja densidad (LDL), conocido como “malo”.
Este nutriente tiene la posibilidad de reducir la absorción de este lípido en el torrente sanguíneo.
De cinco a 10 gramos o más de fibra soluble al día disminuyen el colesterol LDL.
“Una porción de un cereal de desayuno con avena o salvado de avena proporciona de tres a cuatro gramos de fibra”, aseguran los especialistas de Mayo Clinic. Si se agrega fruta, es posible obtener más fibra.
Al respecto, el portal Directo al paladar, asegura que este cereal tiene un efecto antihipercolesterolémico, lo que significa que ayuda a reducir los niveles de triglicéridos.
Esto se debe al aporte de antioxidantes y betaglucanos, que contribuyen a combatir la oxidación celular, regular la presión arterial y a combatir la inflamación, que en consecuencia también previene las enfermedades cardiovasculares.
Existen varias formas de consumir este alimento con el fin de bajar estas grasas en el cuerpo y limpiar las arterias.
- Leche de avena: Para preparar esta bebida se requiere de 100 gramos de avena y un litro de agua. La avena se puede dejar en remojo por unos 30 minutos, luego se cuela y se coloca en una licuadora y se agrega el agua. Se mezcla durante un par de minutos, luego se vuelve a colar y ya queda lista la leche para ser consumida. Para darle sabor es posible agregar miel, canela o esencia de vainilla.
- Batido de fresas con avena: En este caso, se requiere de una taza de leche de avena, un yogur natural, una taza de hojuelas de avena y una cucharada de extracto de vainilla. Se lavan las fresas, se mezclan junto a la leche y el yogur, y se añade la miel y la avena para luego batir bien. Esta bebida se puede meter en la nevera por un tiempo para tomarla fresca.
- Avena y nueces: Información del portal Salud 180 plantea esta opción para la cual se requiere de 100 gramos de avena, cinco nueces, dos ciruelas y una taza de agua. Se pone a hervir el agua con la avena para cocinarla. Luego se pasa a un recipiente y se agregan las ciruelas y las nueces y queda listo el alimento para ser ingerido.
- Avena y manzana: Otra opción es la avena con manzana, según propone el portal Gastrolab de México. Se necesita una taza de avena, una manzana verde cortada en cubos, una cucharadita de miel y una cucharada de semillas de linaza molidas. Para elaborar la bebida se ponen todos los ingredientes en la licuadora y se mezclan hasta obtener un líquido cremoso. Una de las recomendaciones es tomarla en ayunas.