Tener una alimentación saludable es clave para gozar de buena salud, pues comiendo bien se pueden prevenir varias enfermedades no trasmisibles, como la obesidad, los niveles de azúcar y la hipertensión.

Por ello, NTN 24 reveló que la habichuela es un superalimento que ayuda a controlar las enfermedades mencionadas, ya que es una legumbre “rica en minerales como magnesio, hierro, cobre y manganeso”.

La habichuela​ también se conoce como frijol, frejol, judía,​ poroto, chingadilla, grano, pocha, faba, chícharo, caraota o alubia. | Foto: Getty Images

Además, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde señaló que “las legumbres ayudan a mantener los niveles equilibrados de glucosa e insulina en sangre, evitando la resistencia de la insulina y el desarrollo de la diabetes”.

Asimismo, señaló que “las legumbres contribuyen a la pérdida de peso, pues tienen baja cantidad de grasas y son ricas en fibras que ayudan a controlar el apetito, ya que el alimento se digiere más lentamente, además de tener buenas cantidades de proteínas que aumentan el gasto calórico en el organismo”.

Adicional, puntualizó “por contener antioxidantes, como las saponinas y los flavonoides, las legumbres combaten los radicales libres y evitan la acumulación de grasas en las arterias, previniendo enfermedades cardiovasculares, como infarto de miocardio y derrame cerebral”.

Ahora bien, para obtener los beneficios de las habichuelas, estas deben ser consumidas junto a una dieta equilibrada y saludable que incluya al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día; menos del 10 % de la ingesta calórica total debe ser de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria debe proceder de grasas y se deben consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.

Adicional, la alimentación debe estar complementada de actividad física y las nuevas directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.

Un estilo de vida saludable es clave para una buena salud. | Foto: Getty Images

Sobre la misma línea, los expertos recomiendan tener una buena hidratación, pero es importante señalar que el consumo diario de agua es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, aunque por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita cerca de nueve.

Sin embargo, el consumo de agua puede variar dependiendo de las actividades que se realicen día a día. Por ejemplo, si la persona hace ejercicio debe consumir más agua, para cubrir la pérdida de líquidos. Asimismo, si el clima es cálido y se suda más, es recomendable aumentar la ingesta de agua, o si una mujer está embarazada, es posible que necesite más líquidos.

Entre tanto, las dos últimas recomendaciones para tener una buena salud y controlar la obesidad, los niveles de azúcar y la hipertensión son:

1. Si se bebe alcohol, hacerlo con moderación y para los adultos sanos, esto significa hasta una copa por día para las mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas por día para los hombres menores de 65 años.

2. No fumar:

  • A los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo.
  • A los tres meses de haber dejado de fumar, la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar.
  • Dentro de un año de haber dejado de fumar, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el de un fumador.
Dejar de fumar es clave para evitar el aumento de colesterol. | Foto: Getty Images

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.