La continua exposición al estrés, así como los malos hábitos de vida son factores que pueden estar asociados con el cansancio y la disminución del rendimiento mental, independientemente de la edad que pueda tener una persona.
Si bien los olvidos se presentan con mayor frecuencia en personas de edad avanzada, lo cierto es que cada vez individuos más jóvenes pueden presentar episodios en los que olvidan algunos aspectos o detalles, lo que se traduce en síntomas de mal rendimiento del cerebro.
El portal Cuerpo Mente indica que así como los músculos y huesos se resienten si no se someten a un mínimo de actividad física, la memoria también requiere no solo ser ejercitada para mantenerse ágil, sino que lo que las personas consuman es clave para mantenerla en una mejor condición.
La alimentación es determinante en el proceso de cuidar el cerebro y la memoria. Es importante la ingesta de minerales, vitaminas del grupo B y aminoácidos para que estos funcionen bien. Por esta razón, se requieren alimentos ricos tanto en grasas saludables como en otros nutrientes.
También son clave los carbohidratos, ya que el cerebro obtiene toda su energía de la glucosa. Sin embargo, es determinante priorizar aquellos de calidad, pues los productos ricos en azúcares sencillos desequilibran la energía.
Una buena forma de alimentar bien al cerebro es procurar mucha variedad de vegetales y colores en los platos, para conseguir más riqueza de nutrientes indispensables, así como grasas monoinsaturadas.
Una de las mejores grasas es el aceite de oliva. Este alimento puede ayudar a mejorar la memoria y prevenir el alzhéimer. Es un producto rico en grasas monoinsaturadas, vitamina E y antioxidantes, que consumido crudo y en pequeñas porciones durante el día, proporciona diversos beneficios para la salud y no solo para el cerebro, asegura el portal portugués de bienestar y salud Tua Sáude.
Análisis científicos
Un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina Lewis Katz, de la Universidad de Temple, en Filadelfia (Estados Unidos), concluyó que el aceite de oliva virgen extra, ayuda a proteger contra el deterioro cognitivo.
En la investigación publicada en la revista ‘Annals of Clinical and Translational Neurology’, se muestra cómo el consumo de este alimento protege la memoria y la capacidad de aprendizaje y reduce la formación de placas de β-amiloide y ovillos neurofibrilares en el cerebro, marcadores clásicos de la enfermedad de Alzheimer.
Los análisis les permitieron a los científicos determinar que este producto reduce la inflamación cerebral y es capaz de activar un proceso conocido como autofagia, por el cual las células se descomponen y eliminan los desechos y toxinas intracelulares, como las placas amiloides y la tau fosforilada.
En el estudio, que fue realizado en ratones que padecían alzhéimer, los científicos analizaron tres tipos de resultados, todos asociados con la aparición de esta enfermedad: deterioro de la memoria, presencia de placas amiloides y ovillos neurofibrilares.
Según información del portal especializado en temas de psicología Psicoactiva, los investigadores usaron animales que fueron diseñados biológicamente para desarrollar el mal de Alzheimer y los separaron en dos grupos.
El grupo del aceite de oliva comenzó a consumir este producto cuando tenían seis meses de vida, antes de que los síntomas de la enfermedad comenzaran a aparecer. A los 12 meses, a ambos grupos de ratones se les realizaron pruebas diseñadas para evaluar la memoria de trabajo, la memoria espacial y la capacidad de aprendizaje. En los resultados se determinó que el grupo de aceite de oliva lo hizo significativamente mejor que el otro, en todas las pruebas.
Posteriormente, los estudios del tejido cerebral de ambos grupos de ratones revelaron diferencias significativas en la apariencia y función de las células nerviosas.
Diversas investigaciones alrededor de este producto han determinado diferentes beneficios para la salud, entre ellos que puede ayudar a mantener el colesterol y la presión arterial en niveles indicados, al tiempo que puede ser una gran ayuda en la pérdida de peso.
Una publicación del diario El Heraldo, de España, indica que otros alimentos con características positivas relacionadas con la preservación de la memoria son el aguacate, el chocolate negro, los arándanos, el café, las nueces, el aceite de coco, el salmón y el pescado azul, la cúrcuma, las semillas de calabaza, el té verde o los granos enteros de alimentos como la la avena, la quinoa o el maíz.