El cerebro está compuesto por más de mil millones de neuronas. Algunos grupos específicos de ellas trabajan en conjunto para dar la capacidad de razonar, experimentar sentimientos y comprender el mundo. También dan la capacidad para recordar cantidades diversas de información, según explica el portal web de salud Medline Plus.

A pesar de que solo ocupa el 2 % de espacio en el cuerpo humano, requiere muchísima energía, casi el 20 %. Por ello, se requiere tener una dieta equilibrada que proporcione todos los nutrientes y vitaminas necesarias para que lleve a cabo todas sus funciones.

El portal especializado Mejor con Salud señala que las personas que mantienen una nutrición rica en dulces, grasas saturadas o bebidas azucaradas, aportan energía de mala calidad y limitada. Este tipo de alimentación se puede ver cuando existe bajo rendimiento, dificultades para concentrarse, malestar físico, dolores de cabeza, entre otras cosas.

Por ello, la alimentación es fundamental para potenciar las capacidades del cerebro y cuidar la memoria. En ese sentido, y de acuerdo con el portal de referencia de la medicina Jano, la ingesta de nueces mejora notablemente la velocidad al momento de procesar la información. Un estudio encabezado por la doctora Lenore Arab, de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California, Estados Unidos, referenciado por la página y publicado en Journal of Nutrition, Health and Aging, también señala que la relación entre el consumo de nueces y la función cognitiva es muy importante.

La doctora Arab y el coautor del estudio, el doctor Alfonso Ang, determinaron que los participantes que consumen más nueces obtienen resultados significativamente mejores en series de seis tests de tipo cognitivo.

“Es muy emocionante descubrir lo sustanciales que son las evidencias de este estudio que apoyan los resultados que se obtuvieron previamente en animales y que ya mostraban el efecto neuroprotector de comer nueces”, aseguró la doctora Arab.

Otro de los beneficios del consumo de nueces fue detallado en un estudio hecho por investigadores de la Facultad de Ciencias de la Familia y del Consumidor de la UGA, en el que los participantes con riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares que comieron nueces durante una intervención de ocho semanas, mostraron mejoras significativas en el colesterol total, los triglicéridos y la lipoproteína de baja densidad (LDL) o colesterol ‘malo’.

“Esta intervención dietética, cuando se pone en el contexto de diferentes estudios de intervención, fue extremadamente exitosa”, señaló Jamie Cooper, profesor del departamento de ciencias de la nutrición de la FACS y uno de los autores del estudio.

Cooper agregó: “Tuvimos algunas personas que realmente pasaron de tener el colesterol alto al inicio del estudio a dejar de estar en esa categoría después de la intervención”.

Ceto, dieta cetogénica, baja en carbohidratos, antecedentes de alimentos saludables | Foto: Getty Images

Los investigadores observaron un descenso medio del 5 % en el colesterol total y los triglicéridos, y de entre el 6 % y el 9 % en el LDL entre los participantes que consumieron el alimento.

¿Cómo cuidar el cerebro con la alimentación?

Joy Bauer, experta en ciencias de la nutrición, señala que tener buena memoria depende del total de células cerebrales, la conexión entre estas y su salud. Además, una buena dieta con alimentos ricos en vitaminas puede hacer mucho para mejorarla.

Por su parte, el doctor Jorge Ángel, director médico de Equisalud, explica algunas pautas para elaborar un menú que nutra el cerebro.

Las sustancias que aportan al cerebro

  • Carbohidratos: frutas.
  • Proteínas: soja, huevo.
  • Minerales: zinc (calabaza, anacardos), calcio (lácteos), magnesio (acelgas), hierro (lentejas), potasio (brócoli).
  • Vitaminas: B3 y B6 (espinacas, acelgas, panes integrales), vitamina C (fresas, kiwi, naranja).
  • Ácidos grasos: omega-3 del pescado, preferiblemente de tamaño pequeño para evitar metales pesados. El aceite de hígado de bacalao contiene omega-3, vitamina A y vitamina D3, todos ellos esenciales para el adecuado funcionamiento del cerebro.