Cualquier persona es propensa a padecer deterioro cognitivo y enfermedades adyacentes. Sea por el paso del tiempo o por otros efectos, esta condición es fácil de presentarse en las personas. Sin embargo, hay alimentos que impiden que el grado de afectación sea grande.

El deterioro cognitivo leve es una fase intermedia entre el previsto de la memoria, que se cree que sucede con la edad, y el más grave de la demencia, según la información expuesta por Mayo Clinic. Del mismo modo, el deterioro leve puede incluir problemas de memoria, lenguaje o capacidad de juicio.

Las personas con deterioro cognitivo leve son más conscientes de la pérdida de la capacidad mental o memoria; inclusive cuando no son del todo visibles para el resto de personas. Sin embargo, en los casos que es más grave, ese estado de consciencia se pierde paulatinamente y empeora lentamente.

Con el paso del tiempo, la capacidad cognitiva se deteriora; principalmente en los adultos mayores. | Foto: Getty Images

El cerebro, al igual que el resto del cuerpo, cambia con la edad. Muchas personas notan que se vuelven más olvidadizas a medida que envejecen. Pueden tardar más en pensar en una palabra o recordar el nombre de una persona. Los síntomas que dan respuesta al deterioro cognitivo son: olvidos frecuentes, no recordar fechas, perder el hilo de los pensamientos, dificultades para mantener una conversación fluida, problemas para tomar decisiones, desorientación, incapacidad de juicio y cambios de comportamiento.

En ese orden de ideas, el deterioro puede llevar a otros trastornos o patologías, tales como enfermedad de Alzhemier, ansiedad, depresión, mal genio o desinterés por las cosas.

Un método para evitar estos efectos es mediante la alimentación, concretamente consumiendo salmón. Este alimento aporta beneficios al organismo, debido a que es una gran fuente de proteínas, ácidos grasos omega-3, vitaminas y minerales esenciales para mantener cuidada la salud.

Los olvidos frecuentes son muestra del deterioro cognitivo. | Foto: Semana

Mejor con Salud explica que en la actualidad, el salmón es uno de los productos más recomendados por los nutricionistas, debido a que se puede adaptar a cualquier tipo de dieta. Además, es versátil para cocinar y cuenta con alternativas culinarias.

Uno de los principales beneficios de este alimento es su gran contenido de ácidos grasos omega-3. La investigación Omega-3 polyunsaturated fatty acids for cardiovascular diseases: present, past and future detalla que este nutriente protege la salud del corazón y del sistema cardiovascular. La razón es que elimina toda clase de lípidos acumulados en los vasos sanguíneos, repara los tejidos y regula la presión arterial.

Consumir salmón de manera regular previene el endurecimiento arterial, siendo uno de los trastornos con mayor probabilidad de generar ataques al corazón y accidentes cardiovasculares.

Existen muchos factores que pueden aumentar la respuesta inflamatoria del cuerpo y ocasionar diversas enfermedades, pero lo que es cierto es que el salmón le hace frente a esto. Su contenido en ácidos grasos omega-3 y compuestos antioxidantes generan que este alimento controle el proceso inflamatorio.

El salmón beneficia a la salud del cerebro. | Foto: Libre de derechos

Del mismo modo y según la información del informe Omega 3 - fatty acids and inflammatory processes: from molecules to man, la inflamación es un síntoma que puede detonar la diabetes, artritis o enfermedades del corazón. Por lo tanto, la ingesta de mínimo dos porciones de este pescado a la semana podría contribuir a disminuir el dolor en las articulaciones. Al mismo tiempo, fomenta la producción de tejidos en los cartílagos.

Otro de los nutrientes destacados del salmón es el calcio. Este mineral, junto con la calcitonina, ayudan a mantener los huesos saludables para prevenir enfermedades óseas y debilitamiento. Finalmente, otro beneficio del salmón es la mejora de la función cerebral. Los antioxidantes y el elevado aporte de ácidos grasos omega-3, como el DHA, ayudan a impulsar la actividad cerebral. Esto permite pensar con más claridad y prevenir el deterioro cognitivo.

Adicionalmente, el omega-3 previene padecimientos cognitivos, como la enfermedad de Alzheimer y evita que las personas presente depresión u otros trastornos adyacentes.