Uno de los órganos más importantes y funcionales de todo el cuerpo es el cerebro, el cual, por diversas circunstancias, suele deteriorarse, proceso que puede conducir a enfermedades. A pesar de ello, la prevención es una de las alternativas más recomendadas para contribuir a un buen estado de la memoria.

De acuerdo con el portal de Quirón Salud, entre los factores más comunes por los que la parte superior del cuerpo tiende a deteriorarse está sedentarismo, el alto consumo de bebidas alcohólicas y cigarrillo, el aumento de la tensión arterial del corazón, herencias, entre otros.

En ese sentido, gozar de una buena salud mental es estar un paso adelante para evitar sufrir demencias y deterioro cognitivo.

En la búsqueda de soluciones científicas, un grupo de investigadores del del Departamento de Medicina Fisiológica y del Departamento de Bioquímica de la Escuela de Medicina Yong Loo Lin, en la Universidad Nacional de Singapur, determinó que comer champiñones dos veces por semana puede reducir el riesgo de deterioro cognitivo leve (MCI, por sus siglas en inglés).

Según los resultados publicados en el Journal of Alzheimer ‘s Disease, dos porciones estándar de champiñones (150 gramos) por semana son más que suficiente para cuidar el cerebro.

Para el investigador y profesor guía del estudio, Lei Feng, “parece que el champiñón es un ingrediente accesible y tiene un efecto dramático a la hora de frenar el declive cognitivo”, explica.

Con la ayuda de alrededor de 600 pacientes chinos mayores de 60 años, el estudio se centró en buscar alternativas naturales que contribuyan a la mente. En efecto, el foco de atención estuvo dado hacia el deterioro cognitivo leve que se da por la edad, pero si este aumenta conduce a la demencia.

El MCI está ligado a una pérdida de memoria o la dificultad para recordar un suceso específico; además, impacta en el déficit de las capacidades lingüísticas, visuoespaciales y falta de atención, detalla El Español.

“La gente que sufre MCI sigue con su vida corriente. Lo que teníamos que determinar era si estos mayores tenían resultados peores en los test neuropsicológicos, que gente de su misma edad y formación”, explica Feng.

Con respecto a los test, son pruebas que se diseñan para medir la capacidad cognitiva de una persona, se caracterizan por incluir entrevistas que abarcan datos puntuales de cada paciente, como historial médico, hábitos de vida, entre otros. Conjuntamente, se tomaron exámenes médicos de tensión arterial, peso, altura, fuerza de agarre y velocidad al paso, así como otras evaluaciones.

En efecto, los participantes mencionaron el consumo de champiñones en sus comidas. Por lo general, la variedad de ingesta fue de hongos secos y envasados que venden en supermercado, pero, en adición, algunos manifestaron consumir tipos puntuales como: setas shiitake, setas de ostra o seta dorada.

El protagonismo de estos hongos se dio porque casi todos tienen ergotioneína, un compuesto que resulta ser beneficioso para el cerebro.

“Se trata de un antioxidante único y antiinflamatorio que los humanos no pueden sintetizar por sí solos, pero que puede obtenerse por vía dietaría y del cual los champiñones son la principal fuente”, señala el doctor Irwin Cheah, jefe bioquímico en la investigación.

Para los científicos, este alimento puede otorgar grandes avances en la forma de conservar la capacidad mental, ya que también tienen hericenonas y erinacinas, compuestos que estimulan la síntesis de factores para regenerar los nervios cerebrales.

Varios grupos de investigadores siguen trabajando en la búsqueda de opciones alimenticias para mejorar la capacidad cerebral con el paso de los años. Un ejemplo de ello es a través de los fitonutrientes, que se pueden extraer de la hoja de té verde.