Los huesos le dan soporte al cuerpo humano y permiten el movimiento, pero adicional, protegen de lesiones al cerebro, al corazón y a otros órganos, de acuerdo con el Instituto Nacional de Osteoporosis y Enfermedades Óseas Relacionadas.

Además, los músculos protegen al hueso y también permiten realizar los movimientos del día a día.

Por su parte, la concentración es la capacidad que se tiene para mantenerse en el momento presente de dónde se está y qué se está haciendo, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Dicho lo anterior, La Vanguardia reveló que existe un superalimento que ayuda a fortalecer los huesos, músculos y mejora la concentración y, se trata de las lentejas, pues son ricas en proteínas y fibra y tienen poca grasa, lo que las convierte en un saludable sustituto de la carne. También están llenas de folato, hierro, fósforo, potasio y fibra.

De hecho, existen muchos tipos de lentejas. Sin embargo, las tres variedades más comunes son marrón, verde y roja.

  • Lentejas marrones. Son las menos costosas y mantienen su textura si se cocinan adecuadamente. Pueden sustituir a los frijoles negros como acompañamiento o en una hamburguesa vegana. También se adaptan sin problema a las sopas.
  • Lentejas verdes. También llamadas lentejas francesas, tienen un sabor a nuez y se mantienen firmes cuando se cocinan. Son la mejor opción para las ensaladas. Las lentejas Beluga, que son similares en textura a las lentejas francesas, pero de color negro, son las más nuevas en el mercado.
  • Lentejas rojas. La cocción es más rápida, pierden su forma y se vuelven doradas cuando se cocinan. Son más suaves y dulces que las lentejas verdes.

Información nutricional por 100 gramos de lentejas

  • Energía: 115 calorías
  • Proteínas: 9,1 g
  • Grasas: 0,3 g
  • Carbohidratos: 16,7 g
  • Fibras: 4,4 g
  • Vitamina A: 4,0 mcg
  • Vitamina B1: 0,13 mg
  • Vitamina B2: 0,07 mg
  • Vitamina B3: 0,5 mg
  • Vitamina B6: 0,24 mg
  • Vitamina B9: 25 mcg
  • Sodio: 160 mg
  • Potasio: 280 mg
  • Cobre: 0,17 mg
  • Zinc: 1,4 mg
  • Magnesio: 33 mg
  • Manganeso: 0,29 mg
  • Calcio: 25 mg
  • Fósforo: 110 mg
  • Hierro: 2,3 mg

De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.

Por su parte, otros hábitos que ayudan con el cuidado de los huesos, músculos y memoria, incluyen:

1. Tener una dieta saludable: esta debe incluir al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas y menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.

2. Realiza actividad física: la recomendación es hacer al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica intensa a la semana, o una combinación de actividad moderada e intensa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pues esto aumenta el flujo sanguíneo al cuerpo entero.

3. Beber alcohol con moderación: Para los adultos sanos, esto significa hasta una copa por día para las mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas por día para los hombres menores de 65 años.

4. No fumar:

  • A los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo.
  • A los tres meses de haber dejado de fumar, la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar.
  • Dentro de un año de haber dejado de fumar, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el de un fumador.