La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de los vasos por donde circula. Si la presión es muy alta se presenta hipertensión, que según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es el principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
Normalmente, las personas hipertensas no saben que lo son, debido a que es una enfermedad que, en general, no presenta síntomas o signos de alerta, por lo que puede avanzar de manera silenciosa. La mejor manera de determinar su presencia es realizar mediciones de forma periódica.
Información de la Fundación Española del Corazón indica que este padecimiento está detrás de la mitad de los fallecimientos por accidentes cerebrovasculares y cardiopatías, la primera causa de enfermedad y mortalidad en los países desarrollados.
Por otro lado, el calcio es un mineral presente en muchos alimentos y el cuerpo lo necesita para mantener los huesos fuertes y llevar a cabo muchas funciones importantes, de acuerdo con el Instituto Nacional de Salud (NIH por sus siglas en inglés), pero es necesario consumir vitamina D, ya que es un nutriente necesario para la salud, porque ayuda al cuerpo a absorber el calcio.
Asimismo, el cuerpo necesita calcio para que los músculos se muevan y los nervios transmitan mensajes desde el cerebro hasta las distintas partes del cuerpo. Además, el calcio ayuda a que la sangre circule a través de los vasos sanguíneos por todo el cuerpo y a liberar las hormonas necesarias para muchas funciones del organismo.
Para mantener niveles estables tanto de presión arterial, como de calcio, y otros nutrientes importantes en el cuerpo, es necesario mantener una buena alimentación. Por ello, los expertos han señalado cuáles son algunos de los alimentos necesarios que se deben incluir en la dieta.
La alcachofa
Esta planta es una buena fuente de minerales como el calcio, potasio, hierro, magnesio y zinc. Además, es rica en vitaminas como la B1 y ofrece pequeñas cantidades de la C, B3, B5 y B6. A este alimento se le atribuyen propiedades depurativas y diuréticas. Su consumo también favorece la digestión de las grasas y reduce el colesterol y los troglicéridos.
La Fundación Española del Corazón asegura que precisamente son sus propiedades diuréticas las que la hacen ideal para las personas que padecen de hipertensión, gracias a que ayudan a eliminar las toxinas y evitar la retención de líquidos. Adicionalmente, este alimento es fuente de potasio que contribuye a dilatar y suavizar los vasos sanguíneos evitando daños que se puedan producir por esta enfermedad.
Información del portal Su Médico indica, además, que la presencia de este mineral ayuda a prevenir los efectos provocados por el consumo excesivo de sodio, que es una de las sustancias que incide en los altos niveles de presión arterial.
“La alcachofa también es rica en antioxidantes, como los flavonoides y carotenoides, que inhiben la producción excesiva de radicales libres, promoviendo la salud de las arterias”, precisa el portal de bienestar y salud Tua Saúde.
¿Qué pasa si no se consume suficiente calcio?
De acuerdo con el instituto, a corto plazo, la insuficiencia en el consumo de calcio no produce síntomas evidentes porque el cuerpo mantiene los niveles de calcio en la sangre tomando lo que necesita de los huesos. A largo plazo, el consumo de calcio por debajo de los niveles recomendados repercute en la salud de distintas formas, como una masa ósea baja (osteopenia) y un aumento de los riesgos de osteoporosis y fracturas óseas.
Según algunos estudios, quienes consumen grandes cantidades de calcio podrían tener un riesgo mayor de cáncer de próstata y enfermedades cardíacas.
Asimismo, el instituto explicó que el exceso de calcio en la sangre y la orina puede causar falta de tono muscular, mal funcionamiento de los riñones, niveles bajos de fosfato, estreñimiento, náuseas, pérdida de peso, cansancio extremo, necesidad frecuente de orinar, ritmo cardíaco anormal y un alto riesgo de muerte por enfermedad cardíaca.
Sin embargo, los niveles elevados de calcio en la sangre y en la orina suelen deberse a un trastorno de salud, como niveles elevados de la hormona paratiroidea o cáncer, y no al consumo excesivo de calcio.