En un informe del 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que “más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo, más del 60 % de las cuales viven en países de ingreso mediano y bajo. Cada año, hay casi diez millones de casos nuevos”.

En este sentido, el Alzheimer es un tipo de demencia común que según la Clínica Mayo no tiene cura ni se puede prevenir, pero los hábitos saludables como los alimenticios y las actividades físicas regulares reducen el riesgo de su desarrollo.

Además, esta enfermedad neurodegenerativa guarda relación con el deterioro cognitivo que en palabras del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) son “alteraciones en el pensamiento, el aprendizaje, la memoria, el juicio y la toma de decisiones”.

Entre los principales signos que se destacan del deterioro cognitivo se encuentran los cambios de ánimo y de comportamiento. Asimismo, la desorientación y el desinterés por hacer diferentes actividades.

La dieta que “reduce” el riesgo de Alzheimer

Es entonces que el estudio “Dieta mediterránea y sus efectos benéficos en la prevención de la enfermedad de Alzheimer”, liderado por Arnoldo Miranda, Carolina Gómez-Gaete y Sigrid Mennickent, enfocada en los años 60, determinó que quienes vivían cerca del Mar Mediterráneo mostraban índices bajos de enfermedades cardiovasculares, por lo que se asoció con la alimentación y su estilo de vida.

El omega-3 es una grasa saludable para el organismo. | Foto: Getty Images

El artículo científico define este plan de alimentación como aquel en el que las verduras, los cereales, las legumbres y el aceite de oliva son protagonistas mientras que el consumo de carnes rojas y de grasas malas es mínimo.

A partir de ahí, concluye que una buena alimentación como la dieta mediterránea puede disminuir el desarrollo de Alzheimer y otras enfermedades crónicas, aumentando la longevidad.

Suplemento que ayuda a combatir el Alzheimer

El omega-3 es considerado una grasa poliinsaturada que cuenta con la capacidad de fortalecer las neuronas y mejorar sus funciones. Incluso menciona la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus) que es útil para procurar el bienestar del corazón, reduciendo el riesgo de accidentes cerebrovasculares o alguna enfermedad cardíaca.

En este sentido, la enciclopedia médica a través de su servicio en línea señala que el omega-3 puede reducir los triglicéridos, el colesterol y las arritmias cardíacas e incluso la presión arterial.

La presión arterial alta se encuentra relacionada con enfermedades cardiovasculares. | Foto: Getty Images

Además, es importante tener en cuenta que el cuerpo no produce esta grasa, por lo que en un plan de alimentación balanceado se deben incluir pescados para su obtención.

Una hoja informativa de los National Institutes of Health (NIH) menciona que los ácidos grasos de omega-3 también se pueden encontrar en suplementos dietéticos como el aceite de pescado, clasificándose en tres:

  • Ácido alfa-linolénico (ALA)
  • Ácido eicosapentaenoico (EPA)
  • Ácido docosahexaenoico (DHA)

“El ALA se encuentra principalmente en aceites vegetales como el de linaza, de soja (soya) y de canola. Los DHA y los EPA se encuentran en el pescado y los mariscos”, señala la entidad en su página oficial.

La dieta nórdica incluye una cantidad significativa de verduras, frutas y pescados como el salmón. | Foto: Getty Images

Afirma que cuando el DHA se concentra en la retina del ojo, los espermatozoides y el cerebro “aportan calorías para dar al organismo energía y tienen muchas funciones en el corazón, los vasos sanguíneos, los pulmones, el sistema inmunitario y el sistema endocrino (la red de glándulas productoras de hormonas)”, añade.

Es entonces que los NIH señalan que los suplementos de omega-3 no solo apuntan al aceite de pescado como ya se mencionó, sino también al aceite de alga, al aceite de hígado de bacalao y al aceite de krill.

“Las personas que consumen pescado y mariscos tienen menor riesgo de presentar varias enfermedades crónicas”, concluyen los NIH.