Uno de los órganos más afectados durante la época del envejecimiento es el cerebro. Las personas de avanzada edad suelen tener dificultades para acordarse de determinadas situaciones conforme van llegando a la vejez.

Cada día, una persona aprende nueva información y vive diferentes experiencias. Es cuando el cerebro determina qué conserva y qué no, ya que no puede guardar todo en la memoria. Por ende, clasifica la información dependiendo de la importancia, tal y como lo explica la Biblioteca de Salud y Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus.

“La memoria es el proceso de almacenamiento para luego recordar determinada información. Hay diferentes tipos de memoria. La memoria de corto plazo almacena información por unos pocos segundos o minutos; la memoria de largo plazo la almacena por un periodo más largo de tiempo”.

El portal Neurología menciona la importancia y el papel que cumplen la vitamina B12 y el ácido fólico para el buen funcionamiento del cerebro, en especial en lo que tiene relación con el buen estado y conservación de la memoria.

El medio indica que estos dos compuestos —cuando son consumidos por un paciente de avanzada edad, durante un periodo de dos años— pueden llegar a mejorar la memoria a corto y largo plazo, a diferencia de los pacientes que no consumieron dichas vitaminas. Pese a esto, es pertinente contar con la probación de un profesional de la salud en el tema antes de ingerirlas por cuenta propia.

Un estudio publicado por la revista científica American Journal of Clinical Nutrition reveló que a 900 personas, entre los 60 y los 74 años, se les administró diariamente 400 gramos de ácido fólico y 100 gramos de vitamina B12. Luego de 12 meses no fue evidente ningún tipo de cambio a la hora de realizar diversos test que validaban la función cognitiva. Pero, pasados 24 meses, sí fueron evidentes los cambios en los pacientes que consumieron el suplemento, aunque la diferencia fue estadísticamente pequeña.

Memoria sana. | Foto: COPYRIGHT DAZELEY NOT ASSIGNED

Vitamina B12

Este compuesto es crucial para el metabolismo de las proteínas. Gracias a esta vitamina, es posible la formación de los glóbulos rojos en la sangre y el mantenimiento del sistema nervioso central. Este compuesto no está presente en los alimentos vegetales, pero se encuentra naturalmente en alimentos de origen animal, como pescado, carne, aves, huevos, leche y productos lácteos.

La deficiencia de estos compuestos es más usual en los siguientes pacientes:

  • Tienen o superan los 50 años.
  • Han tenido una cirugía de estómago o intestinal, como la cirugía para bajar de peso.
  • Tienen afecciones digestivas como la enfermedad celíaca o la enfermedad de Crohn.

Los niveles bajos de vitamina B12 pueden generar en el paciente:

  • Anemia.
  • Pérdida del equilibrio.
  • Entumecimiento u hormigueo en brazos y piernas.
  • Debilidad.
La deficiencia de vitamina B12 puede causar debilidad en el organismo. | Foto: Getty Images

Ácido fólico

Este compuesto hace parte de las vitaminas del complejo B y el cuerpo lo usa para producir células, sobre todo en zonas como la piel, el cabello y las uñas. El ácido fólico se debe ingerir a diario, una deficiencia de esta vitamina puede ocasionar anemia.

Según MedlinePlus, el ácido fólico es muy importante para las mujeres en edad fértil. Obtener suficiente cantidad de este nutriente antes y durante el embarazo puede prevenir defectos congénitos relevantes en el cerebro y la columna vertebral del bebé.

El ácido fólico se encuentra de manera natural en las hortalizas y las verduras de hojas verdes y oscuras, guisantes y frijoles secos (legumbres) y frutas y jugos de cítricos.

Los alimentos naturales son clave en el aporte de ácido fólico, conocido como vitamina B9. | Foto: Getty Images

Cantidades adecuadas de ácido fólico, según la edad

Lactantes

  • 0 a 6 meses: 65 mcg/día.
  • 7 a 12 meses: 80 mcg/día.

Niños

  • 1 a 3 años: 150 mcg/día.
  • 4 a 8 años: 200 mcg/día.
  • 9 a 13 años: 300 mcg/día.

Adolescentes y adultos

  • Hombres, de 14 años en adelante: 400 mcg/día.
  • Mujeres, de 14 años en adelante: 400 mcg/día.
  • Mujeres embarazadas de todas las edades: 600 mcg/día.
  • Mujeres lactantes de todas las edades: 500 mcg/día.