Algunas personas suelen recurrir al insumo de bebidas calientes en su rutina diaria. Hay quienes prefieren tomar tés naturales, preparados con sus propios ingredientes, o adquirirlos en una tienda naturista.

Existe una gran variedad de tés. Algunos individuos recurren a ellos para combatir enfermedades o complementar un tratamiento médico. Se debe tener precaución con ello, pues cada organismo es diferente y puede tener una reacción diferente.

El té de manzanilla es uno de los más comunes. | Foto: Getty

El portal web Business Insider destaca los beneficios del té chai para la glucosa. “El control de azúcar en sangre, la mejora de la digestión o la lucha contra el estrés oxidativo son algunos de los efectos positivos que puede tener en tu cuerpo tomar té chai, una bebida que, a menudo, se describe como “un té dulce, pero picante” y que está recomendada como sustituta de la cafeína o cuando te sientes un poco mal”, explica el portal web.

Asimismo, señala que consumir esta bebida puede tener efectos positivos para quienes tienen resistencia a la insulina. “Uno de los beneficios para el organismo que tiene tomar chai en el día a día es el control de los niveles de azúcar en sangre. De acuerdo con la misma fuente, esta bebida contiene canela, un elemento del que se ha demostrado su efectividad para reducir la resistencia a la insulina, la principal causa de la diabetes tipo 2″, agrega Business Insider.

Existen diferentes tipos de té para consumir. | Foto: Mythja/Getty Images

Cabe aclarar que el consumo de este té no reemplaza un tratamiento profesional ni una atención médica adecuada. Aunque tiene beneficios, se recomienda consultar con un médico antes de consumirla, especialmente si se tiene alguna afección de salud.

En caso de tomar medicamentos o tener un diagnóstico de una enfermedad se recomienda consultar a un doctor sobre el consumo de cualquier tipo de té. | Foto: Getty Images

Resistencia a la insulina

El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales señala que existen diferentes factores que incrementan el riesgo de padecer resistencia a la insulina. Uno de ellos es el antecedente familiar, pues si los padres tienen esta afección, puede que otro miembro lo padezca también.

Asimismo, hay otros factores de riesgo. Estos son:

  • Tener 45 años o más.
  • Pertenecer a uno de los siguientes grupos étnicos: afroamericano, nativo de Alaska, indio americano, asiático americano, hispano/latino, nativo de Hawái o americano de las islas del Pacífico.
  • No ejercitarse regularmente.
  • Tener hipertensión o colesterol elevado.
  • Tener historial de diabetes gestacional.
  • Haber tenido afecciones cardíacas o accidentes cerebrovasculares.
  • Tener síndrome de ovario poliquístico.
  • Tener síndrome metabólico.
  • Tomar algunos medicamentos, como los glucocorticoides, algunos antipsicóticos y algunos medicamentos para el VIH.
  • Tener trastornos hormonales, como el síndrome de Cushing y la acromegalia.
  • Problemas de sueño, especialmente la apnea del sueño.

¿Qué es la glucosa?

La glucosa, también conocida como azúcar, es importante para el funcionamiento del cuerpo humano, ya que es la principal fuente de energía del organismo. Esta se obtiene en la alimentación diaria. Los Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades explican cómo se convierte en energía:

  • “El páncreas libera insulina cuando su nivel de azúcar en la sangre aumenta después de comer.
  • La insulina funciona como una llave que permite que el azúcar en la sangre entre a las células del cuerpo para que estas la usen como energía.
  • Cuando los niveles de azúcar e insulina en la sangre son altos, el hígado absorbe azúcar y la almacena como glucógeno. El hígado puede convertirlo otra vez en azúcar cuando sea necesario para tener energía”.

Aunque es importante, tener niveles demasiado altos son perjudiciales para la salud. Cuando esto ocurre, no suelen presentarse síntomas. Por eso, es clave realizar chequeos médicos regulares para verificar que el azúcar esté en niveles normales.