La moringa o árbol de la vida se caracteriza por sus nutrientes, los cuales son importantes para la salud del organismo. Entre los que más destacan están los siguientes: Vitamina A, vitamina B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B-6 folato y ácido ascórbico (vitamina C), calcio, potasio, hierro, magnesio, fósforo y zinc.

La parte más utilizada de la moringa es la hoja, debido a que es donde se encuentra a mayor concentración de antioxidante. En ese sentido, la moringa puede ser consumida en forma de té. Sin embargo, también puede ser ingerida en forma de cápsulas o polvo.

La composición nutricional de la moringa en 100 g es así:

  • Energía: 500 calorías
  • Proteína: 33,33 g
  • Carbohidratos: 66,67 g
  • Fibras: 33,3 g
  • Sodio: 233 mg
La moringa es una planta llamada a menudo el árbol milagroso, el árbol de la vida, el árbol del aceite de ben o el árbol del rábano picante. | Foto: Getty Images
  • Calcio: 667 mg
  • Hierro: 6 mg
  • Vitamina C: 40 mg
  • Vitamina A: 2 mg

Se dice que esta planta sirve para aumentar la capacidad respiratoria y que podría ayudar a aliviar los síntomas y la severidad de los ataques de asma, de acuerdo con análisis científicos. El portal de salud y bienestar Tua Saúde cita un estudio en el cual se determinó que los participantes que tomaron moringa de manera regular mejoraron su capacidad respiratoria debido a que se registró un aumento en la hemoglobina.

Asimismo, el portal Medical News Today da a conocer otra serie de beneficios que tiene el té de moringa. No obstante, es importante mencionar que antes de ingerir dicha infusión, lo mejor será consultar con un profesional de la salud.

Nutre la piel y el cabello

La semilla de moringa protege el cabello contra los radicales libres, es decir que lo mantiene limpio y saludable. Además, sus proteínas protege las células de la piel.

La moringa es un aliado para la salud del cabello y la piel. | Foto: Getty Images

Trata un edema

El edema es una afección en donde se acumula líquido en tejidos específicos del organismo, lo que lleva a una inflamación. Debido a sus propiedades antiinflamatorias, la moringa previene el desarrollo de esta afección.

Cura problemas estomacales

La moringa puede curar algunos trastornos estomacales, como la gastritis, constipación y la colitis ulcerosa. La vitamina B también ayuda a la digestión.

Otros beneficios

  • Aumenta la capacidad respiratoria: Tua Saúde menciona que algunos estudios científicos revelan que la moringa alivia y trata el asma. “Esto se debe a que hubo un aumento de la hemoglobina en los pacientes y a que los individuos presentaron mejorías en la capacidad respiratoria al consumir este producto”.
  • Previene la diabetes, ya que regula los niveles de azúcar en la sangre: gracias a los antioxidantes que contienen esta planta, el estrés oxidativo del cuerpo se regula “evitando el daño que causan los radicales libres en las células”.
  • Previene las enfermedades cardiovasculares: gracias a su alto contenido de fibra; este alimento evita que el colesterol se acumule y sea absorbido por el intestino. “Esta planta posee diversos compuestos bioactivos, como la quercetina y polifenoles, que actúan como antioxidantes y reducen la inflamación crónica, disminuyendo así el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares”.
  • Previene y combate la anemia: el consumo regular de este producto “favorece el aumento de los glóbulos rojos, la hemoglobina, el hematocrito y del total de hierro en la sangre, previniendo y combatiendo la anemia”.

Para obtener todos los beneficios señalados, la moringa debe formar parte de una alimentación balanceada y saludable que contenga al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día; menos del 10 % de la ingesta calórica total debe ser de azúcares libres, menos del 30 % de la ingesta calórica diaria debe proceder de grasas y se deben consumir menos de cinco gramos de sal (aproximadamente una cucharadita) al día y la sal debería ser yodada.

La moringa es un gran aliado para la salud del organismo. | Foto: Getty Images

¿Cómo prepararla?

Ingredientes:

  • 10 g (1 cucharada) de hojas de moringa.
  • 250 mL de agua.

Preparación:

  • Colocar el agua en una olla a fuego medio hasta que llegue al punto de ebullición, agregar una cucharada de hojas de moringa, tapar y dejar reposar durante cinco minutos.
  • Colar y beber dos tazas de té al día.