Mantener limpio este importante órgano del cuerpo es indispensable para que el sistema digestivo pueda trabajar sin sobrecargarse y en consecuencia todo su organismo funcione correctamente.
A los problemas asociados al hígado se les conoce como enfermedades hepáticas y pueden ser causadas por una variedad de factores como los virus, el consumo de alcohol y la obesidad. Las afecciones más comunes son la hepatitis A, la hepatitis B, la hepatitis C y el hígado graso.
Cuando se acumula mucha grasa en las células hepáticas se presenta el hígado graso y aunque es normal que este órgano tenga una pequeña cantidad de esta, se considera riesgoso cuando está conformado por más de 5% de grasa.
A pesar de que el hígado es capaz de limpiarse a sí mismo, es fundamental mantenerlo sano para alejarse de las enfermedades anteriormente mencionadas. Para ello, es necesario mantener un estilo de vida saludable que involucre una dieta balanceada y ejercicio físico constante.
Por ello es importante conocer aquellos alimentos que le hacen daño al hígado y, de este modo, consumirlos en menor cantidad. Por ejemplo, el portal especializado Mejor con Salud listó algunos productos comestibles que pueden ser perjudiciales para este órgano vital.
Comida rápida
Según explica Mireia Elías Fernández, nutricionista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), citada por el portal de salud CuídatePlus, “al introducir comida rápida en nuestro organismo, por el tipo de alimentos que la caracterizan y porque -como su propio nombre indica- tendemos a comerlas a gran velocidad y en mayor cantidad, las digestiones son más lentas y pesadas, produciendo malestar al hacer que el estómago trabaje de más”.
En ese orden de ideas, la experta anota que las comidas ‘rápidas’ también pueden dar paso al desarrollo de estreñimiento y gases, pues su aporte de fibra suele ser bajo o nulo.
Pero eso no es todo. Por lo general, las comidas ‘rápidas’ poseen un alto contenido calórico y de grasas saturadas, lo que a su vez aumenta el riesgo de desarrollar obesidad y patologías asociadas a esta condición, como hipertensión arterial, aterosclerosis, enfermedades cerebrovasculares, afecciones renales, hígado graso, e incluso cáncer.
Alcohol
Un consumo excesivo de alcohol puede dañar las funciones digestivas del estómago y metabólicas del hígado porque es una sustancia tóxica que de acuerdo con la Real Academia Española (RAE) significa “que contiene veneno o produce envenenamiento”.
Aunque cualquier bebida alcohólica es dañina para el organismo, existen unas considerablemente más agresivas que otras como el aguardiente.
De acuerdo con Mejor con Salud, esta bebida tiene un mayor daño digestivo, por el proceso de dilatación al que se somete, y porque tiene un elevado grado etílico. A esto se unen la alta dosis de azúcar que lo componen.
Carne roja
Las grasas saturadas que contiene la carne favorecen al desarrollo de hígado graso. Se recomienda el consumo moderado y la priorización de carne blanca como pollo o pescado.
Sal
Este producto puede ocasionar retención de líquidos, lo que en ocasiones hace que las personas aumenten de peso y, por lo tanto, se obliga al hígado a trabajar más de lo normal, afectándolo en gran medida.
Harinas blancas y refinadas
las recomendaciones de los especialistas van enfocadas a evitar alimentos con alto índice glucémico y carbohidratos complejos. En este sentido, los productos con harina de trigo refinada serían de esos alimentos a evitar si se padece de enfermedades de hígado.
Azúcar
Los azúcares refinados -que tienen algún proceso industrial y se encuentran en muchos alimentos ultraprocesados- son los más dañinos para el hígado por su alto aporte calórico. Sumado a otros factores de riesgo metabólico, como el colesterol alto.