Entre las enfermedades que más impactan la salud del cerebro es el Alzheimer, un trastorno neurológico progresivo que hace que el cerebro se encoja (atrofia) y que las neuronas cerebrales mueran. De acuerdo con Mayo Clinic, esta afección es la causa más común de demencia, un deterioro continuo en el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales que afecta la capacidad de una persona para vivir de forma independiente.

Normalmente, el Alzheimer trae consigo signos tempranos como el olvido de eventos o conversaciones recientes, pero a medida que va progresando, se presenta un grave deterioro de la memoria y perderá la capacidad para llevar a cabo las tareas cotidianas. Hasta el momento, no hay ningún tipo de tratamiento que cure esta enfermedad o que altere la evolución de la enfermedad en el cerebro, pero sí existen medicamentos que pueden mejorar temporalmente los síntomas o retardar su progresión.

Asimismo, esta afección se puede prevenir con hábitos saludables como el ejercicio físico, una buena alimentación, entrenamiento mental, entre otras actividades. Del mismo modo, el Instituto de Neurociencias indica que la lectura, tal y como han demostrado diversos y numerosos estudios, es uno de los hábitos más beneficiosos para el cerebro. Este es “un proceso por el cual, nuestros ojos van recorriendo un escrito, y nuestro cerebro va interpretando, organizando, y comprendiendo”.

Por lo general, cuando se lee un escrito extenso, se van desarrollando capacidades de pensamiento crítico y analítico, reflexivo, y creativo, ejercitando así la memoria, imaginación, capacidad de abstracción y la inteligencia. De este modo, esta actividad mental es la gimnasia más efectiva para prevenir dicha afección y es un hábito que se debe desarrollar desde la niñez, para que el cerebro desarrolle todas sus funciones cognitivas.

Estados Unidos dio luz verde a un nuevo medicamento para tratar el Alzheimer. | Foto: Getty Images / PamelaJoeMcFarlane

Con ello, el doctor Guillermo García Ribas, coordinador del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la SEN, explica que “la lectura es una de las actividades más beneficiosas para la salud, pues estimula la actividad cerebral y fortalece las conexiones neuronales y, además, incrementa la reserva cognitiva, que preserva el buen funcionamiento de nuestro cerebro cuando envejecemos y actúa como factor protector ante los síntomas clínicos de las enfermedades neurodegenerativas, entre las que destaca la enfermedad de Alzheimer”.

Lectura para prevenir el Alzheimer

Es importante tener en cuenta las necesidades específicas de la persona y el estadio de la enfermedad para adecuar y facilitar las lecturas. Por su parte, América Morera, subdirectora de la Unidad de Atención Diurna de Fundación ACE, explica al portal web Geriatricarea, “que si se consigue adaptar las lecturas a las necesidades e intereses de la persona con Alzheimer, podemos conseguir que esta actividad les resulte atractiva e incluso les permita recordar aspectos o emociones vitales”.

La lectura puede prevenir, en algunos casos, esta enfermedad. | Foto: Getty Images

Así las cosas, los expertos señalan que en todas las fases es aconsejable la lectura en voz alta, ya que ayuda a fijar la atención en la actividad, vocalizar y tener un buen ritmo.

  • Fase leve: de acuerdo con el portal web Geriatricarea las personas con Alzheimer puede leer relatos cortos o con pocos personajes y argumentos poco complicados, cuentos o noticias en la prensa. “Si estamos leyendo una novela, puede ser de gran utilidad en esta fase realizar un breve resumen de los nombres y principales características de los personajes y guardarlo dentro del libro, por si la persona necesita un recordatorio. También puede ayudar que el familiar cuidador realice un breve resumen verbal de lo que ha pasado en capítulos anteriores”.
La lectura, los crucigramas y el sudokus son actividades de riesgo si lo que quieres es evitar el Alzheimer. Foto: Stock.xchng.
  • Fase avanzada: en esta etapa se recomienda optar por la lectura de palabras o frases, escritas con claridad, ya que las personas en esta fase suelen reaccionar positivamente a refranes, dichos populares y a la lectura de textos que tengan un significado para ellos.