La preocupación actual por evitar el consumo de alimentos ultraprocesados hace que las personas olviden que los productos naturales también pueden tener riesgos. Constantemente, se olvida que muchos aditivos garantizan la seguridad alimentaria y no por “naturales” todos los alimentos son siempre inocuos.
La papa es uno de los productos básicos de la canasta familiar, pero su consumo puede generar riesgos si no se maneja y cocina correctamente. El motivo de ello es la solanina que contiene este tubérculo, un glucoalcaloide cuyo consumo en exceso puede causar intoxicaciones. Aunque hoy en día son poco frecuentes, no está de más recordar las recomendaciones básicas para consumir patatas con total tranquilidad y sin riesgos.
¿Qué es la solanina y cuáles son sus riesgos?
La solanina es uno de los glucoalcaloides que se pueden encontrar en la papa. Los glucoalcaloides o glicoalcaloides son compuestos químicos secundarios presentes en ciertas plantas y solanáceas como mecanismo de defensa. Concretamente, este tubérculo presenta principalmente α-solanina y α-chaconina, dos sustancias bastante tóxicas que se concentran en la cáscara, los brotes y las yemas de este alimento.
La presencia de partes verdes en la papa indica un contenido muy alto de glucoalcaloides, y debe evitarse su consumo. Ingerir una determinada cantidad de estos compuestos puede causar intoxicación alimentaria con efectos más o menos graves. Para empezar, la solanina se percibe por el gusto, dejando un sabor amargo e incluso cierta quemazón en la boca.
Los síntomas de las intoxicaciones más leves se manifiestan a través de náuseas, dolor estomacal, diarrea, vómitos e incluso fiebre. En los casos más graves, la persona puede sufrir mareos, pérdida parcial o total de la conciencia, problemas respiratorios y desórdenes neurológicos como alucinaciones, parálisis o pérdida de sensibilidad.
Riesgos de intoxicación
Pese a la cantidad de patatas que se consumen a diario en todo el mundo, en los últimos 100 años las intoxicaciones por solanina son poco frecuentes. Algunos expertos aseguran que pueden ser más recurrentes, pero la variedad de síntomas leves pueden no identificarse en todos los casos con el consumo de patatas.
A la fecha, se ha considerado que un contenido máximo de 200 miligramos de glucoalcaloides por cada kilo de patata era seguro para el consumo. Lo anterior, teniendo en cuenta que las patatas correctamente cultivadas y manipuladas, contienen entre 20 y 100 miligramos por kilo, aunque recientemente se han detectado niveles mayores a 200 miligramos.
Por su parte, el Instituto Federal de la Evaluación de Riesgos ha establecido que el ser humano puede consumir 0,5 mg por kilo al día sin enfrentarse a un riesgo probable de intoxicación. Por ello, el instituto asegura que “no deberían destinarse para el consumo patatas con un nivel de glucoalcaloides mayor a 100 mg por cada kilo, como medidas provisionales a falta de más estudios”.
¿Cómo conservar y cocinar la patata para evitar riesgos?
Existe una serie de recomendaciones que pueden ponerse en práctica para prevenir la intoxicación derivada de las patatas, uno de ellos es comprar alimentos de calidad en lugares fiables, preferiblemente patatas de temporada que estén adecuadamente conservadas.
Algunos consejos que deben ponerse en práctica son:
- Elegir patatas con aspecto saludable, sin daños visibles o aspecto de viejas.
- Almacenarlas sin lavar en un lugar oscuro, seco y fresco.
- Las patatas muy viejas, secas, arrugadas, verdes o muy germinadas deberían desecharse.
- No es recomendable consumir la piel pelada de la patata como aperitivo o snack.
- Las partes verdes y los “ojos” hay que cortarlos por completo; si el verde está muy extendido por el tubérculo es mejor no arriesgarse y desechar la patata.
- No reutilizar el agua de cocer o remojar las patatas.
- Fritar en altas temperaturas el producto. Una correcta fritura elimina gran parte de las potenciales sustancias tóxicas.
La patata es un ingrediente esencial de infinidad de platos, presente en todos los hogares durante todo el año. Sabrosa, versátil, nutritiva y saludable, si se manipula y cocina correctamente será de gran alimento para el ser humano.