El trasplante capilar es una de las salidas para millones de hombres y mujeres, que buscan, de una forma segura, eficaz y con poco dolor, recuperar el cabello, que por diferentes razones, como la edad, enfermedades o condiciones, se ha caído con el paso del tiempo.
Esta cirugía fue creada, según el portal Bosley, en la década de 1930 en Japón. Fue gracias a la investigación de un grupo de médicos que buscaba devolver el cabello a víctimas de quemaduras y lesiones en el cuero cabelludo.
Sin embargo, hacia los años 50 este tipo de cirugía llegó al mundo occidental. El médico Norman Orentreich, de Nueva York, comenzó a experimentar con la misma idea, mover cabello a otras partes del cuerpo calvas.
Hoy en día, los avances en este proceso han sido innumerables. Tanto así que existen dispositivos que pueden hacer injertos capilares con micropigmentación del cuero cabelludo, terapias con láser y puntos de cabello.
¿Por qué el trasplante capilar no sería bueno?
Aunque parezca una solución milagrosa para la calvicie, debe tener en cuenta que el trasplante de pelo no es apto para todas las personas, pues deben cumplir ciertas condiciones para que el tratamiento sea efectivo. Una de ellas es que la caída del pelo ya haya terminado.
Este implante debe ser puesto por un cirujano y un equipo con alta destreza. Si fallan en algún procedimiento, pueden afectar notablemente los resultados de la intervención.
Tenga en cuenta que en cada sesión y dependiendo de la técnica utilizada, un médico puede implantar entre 1.000 y 5.000 unidades foliculares donantes. Para que los resultados sean óptimos, se debe hacer una implantación de entre 30 y 90 unidades foliculares por centímetro cuadrado, precisa el portal de Sanitas.
Al ser un procedimiento quirúrgico realizado con anestesia local, este no está exento de consecuencias o de algún tipo de dolor en las fases posteriores al procedimiento.
Entre las complicaciones que puede sufrir quien se someta al procedimiento están infecciones e inflamaciones en las zonas. Además de cicatrizaciones y otras consecuencias, que aunque no son dolorosas, sí pueden causar cierta molestia.
¿Por qué se cae el pelo?
Existen tres razones comunes por las que el pelo puede empezar a desprenderse y puede no volver a nacer. La primera es la calvicie común, que es de patrón masculino, es decir, afecta a los hombres en su mayoría y se produce en la parte superior de la cabeza. Esta calvicie se da por predisposición genética.
Otro tipo de calvicie es la de patrón femenino. Esta afecta a las mujeres y causa una caída de pelo uniforme en todo el cuero cabelludo. El último es la alopecia por tracción, que se desarrolla en personas que se hacen peinados muy tirantes o con mucha fuerza a diario.