La investigación fue realizada por la Universidad de Manchester, Reino Unido. Según James Laurence, coautor del estudio publicado en la revista Social Science Research, el trauma que provoca esta experiencia es tan grande, que estas personas no solo se sienten mal sino que pierden la confianza en los demás. El efecto es tan nocivo que puede perdurar hasta una década, sin importar el empleo que hayan conseguido después. Así lo confirmó luego de evaluar datos de más de 7.000 adultos relevados de su trabajo durante los últimos 25 años. Lo preocupante es que “si los ciudadanos son desconfiados, tendrán menos probabilidades de gozar de buena salud y de ser felices. De igual forma, difícilmente habrá cohesión social, desarrollo económico y un gobierno democrático eficiente”, concluye Laurence.