El cáncer colorrectal es el cáncer que comienza en el intestino grueso, es decir en el colon, o en el recto, que es la parte final del colon. Por lo general, la mayoría de los tumores colorrectales malignos comienzan como un crecimiento en el revestimiento interno del colon o del recto, que recibe el nombre de pólipo.
De acuerdo con el portal web Cuídate Plus, los cánceres colorrectales pueden originarse en cada una de las tres capas del colon: mucosa, muscular y serosa, y a su vez, puede crecer de tres formas:
- Diseminación linfática: cuando el tumor va profundizando en la pared del intestino, este puede llegar a otros órganos utilizando la red de vasos linfáticos que permiten el acceso a múltiples regiones ganglionares. “Una de las características de esta difusión es que se realiza de forma ordenada, alcanzando primero a los ganglios cercanos hasta llegar a los más alejados”.
- Diseminación hematógena: aquí el tumor se sirve del torrente sanguíneo para diseminar las células cancerígenas al hígado, los pulmones, los huesos y el cerebro, principalmente.
En cuanto a la sintomatología que puede aparecer, Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explica que puede aparecer sensibilidad y dolor abdominal en la parte baja del abdomen; sangre en las heces; diarrea, estreñimiento u otros cambios en las deposiciones; heces delgadas; y pérdida de peso sin ninguna razón conocida.
Para prevenir este tipo de cáncer, es fundamental tener buenos hábitos de vida como una alimentación saludable, hacer ejercicio constantemente, entre otros. En cuanto a la dieta, el portal web Mundo Deportivo destaca las propiedades de la remolacha, un superalimento que tiene alto contenido de fibra, soluble e insoluble. Dichos nutrientes benefician la salud intestinal y la salud cardiovascular.
Frente a sus beneficios, una revisión de estudios reciente publicada en Journal of Cancer Prevention en 2021 informó que la suplementación con remolacha parece ejercer un efecto positivo en los procesos asociados con el cáncer, así como en los efectos no deseados generados por la quimioterapia. Adicional a ello, este alimento está repleto de antioxidantes como los flavonoides y las antocianinas, que ayudan a disminuir el riesgo de padecer de ciertos tipos de cáncer, especialmente el de colon, y de enfermedades degenerativas.
En cuanto a la salud cardiovascular, las remolachas contienen nitratos de origen natural, que al ingerirlas se convierten en óxido nítrico. Esta molécula contribuye a la relajación y dilatación de los vasos sanguíneos, por lo que mejora la circulación y contribuye a la regulación de la presión arterial a lo largo del día.
¿Cómo consumir las remolachas?
La remolacha se puede cocinar, asada, al vapor, encurtida, horneada, a la parrilla, freída al aire, en el microondas e incluso cruda (en ciertas recetas). Del mismo modo, también se puede hacer jugos con ellas; ya sea aprovechando la hortaliza sola o acompañándola con otros ingredientes (como zanahoria, naranja, limón o apio). Además, son un complemento perfecto para ensaldas; así como una guarnición ideal para huevos en escabeche o lentejas.
Otra forma de aprovechar las propiedades de la remolacha es utilizando sus hojas, que se pueden utilizar de la misma manera que la acelga para hacer tortillas o tartas.