Con el objetivo de diseñar un vehículo espacial, creado específicamente para simular la exploración de Marte, diez universitarios de diferentes carreras de la Universidad Nacional unieron sus habilidades y conocimientos y alcanzaron un sueño que parecía imposible: ganar un concurso de la NASA.

En este nuevo episodio de El Lado +, un pódcast de noticias positivas e inspiradoras, Mario Avellaneda, uno de los profesores que guió el proyecto y María Sánchez y Santiago Sánchez, dos de los estudiantes del semillero MIND, narran la historia del proceso del diseño del vehículo que los llevó a ganar el primer puesto de la competencia.

“El proyecto MIND inicia con la intención de un grupo de estudiantes que habían venido trabajando con intereses comunes en temas de diseño automotriz, pero también para responder a retos de concursos internacionales y nacionales sobre diseño y movilidad”, afirma Avellaneda.

En esta conversación con Nicolás Peña Ardila, quien conduce el pódcast, Mario, María y Santiago explican qué los motivó a participar en este reto y cómo se organizaron para trabajar en medio de las dificultades de la pandemia. “Queríamos poner a prueba nuestras habilidades fuera de la academia participando en concursos”, cuenta Santiago.

Así fue como unieron esfuerzos para responder a todas las condiciones de la NASA y, al mismo tiempo, poder proyectar un vehículo conceptual que pudiera ser utilizado incluso en zonas rurales de difícil acceso del país.

“La idea era que el vehículo tuviera un segundo uso después de presentarlo al concurso. Nos inclinamos a darle un propósito más social desde la agricultura. La idea es modificarlo para darle ese segundo uso”, relata Santiago.

La conceptualización del diseño y del desarrollo técnico  parte de analizar las soluciones que se habían presentado en este concurso con anterioridad, de la exploración de las partes del vehículo en materia de ingeniería y de las posturas que adoptan sus operarios.

Para el profesor Avellaneda, el éxito del proyecto se debe a que los estudiantes mezclaron la metodología académica y la  intuitiva. La imposibilidad de probarlo rápidamente por las restricciones de la pandemia puso a prueba su creatividad.

Santiago y María cuentan en este nuevo episodio que, al tratarse de una competencia virtual, no se necesitaba presentar un prototipo, sin embargo ellos lo construyeron como un plus y simularon los obstáculos en un software tridimensional.

Tuvieron que seguir la premiación por separado, pero la emoción de haber logrado el primer lugar los unió de corazón. “Cuando dijeron nuestro nombre, no lo podíamos creer”, recuerda María Camila.

Además, relatan cuál es el siguiente paso para el semillero, cuáles son sus siguientes proyectos y cómo quieren motivar a otros estudiantes a participar en este tipo de iniciativas.

Los invitamos a escuchar este episodio y a compartir su retroalimentación en nuestras redes sociales.