Con el paso de los años, el cuerpo presenta sustanciales cambios, como, por ejemplo, la aparición de arrugas. Estas son líneas y pliegues que se forman en la piel, que en ocasiones se manifiestan con grietas o surcos profundos.
Estas se presentan especialmente alrededor de los ojos, la boca y en el cuello, partes del cuerpo en las que se hacen más notorias y que se presentan debido a que la piel se torna menos elástica y más frágil.
En particular, la disminución de la producción de aceites naturales seca la piel y la hace parecer más arrugada, ya que se disminuye la cantidad de grasa en las capas más profundas de la piel.
“Esto hace que la piel se vea floja y flácida, y que las líneas y surcos sean más pronunciados”, explicó la Clínica Mayo.
Sin embargo, es importante señalar que el paso de los años no es la única causa para la aparición de las arrugas.
La exposición a la luz ultravioleta (UV) acelera el proceso de envejecimiento natural, lo que hace que comiencen a aparecer arrugas precoces, debido a que se rompe el tejido conectivo de la piel, que está conformado por colágeno y fibras de elastina, que se encuentra en la capa más profunda de la piel (dermis).
“Sin el tejido conectivo de sostén, la piel pierde fuerza y flexibilidad. Después, la piel empieza a debilitarse y a arrugarse de forma prematura”, destacó la publicación.
Otra de las causas es el cigarrillo, ya que fumar puede acelerar el proceso de envejecimiento normal de la piel, que permite la formación de arrugas, debido al efecto del tabaco sobre el colágeno.
La aparición de arrugas en la cara se atribuye también a los movimientos y expresiones faciales que una persona hace de manera permanente, como por ejemplo, entrecerrar los ojos y sonreír, ya que producen líneas finas y arrugas.
“Cada vez que utilizas un músculo facial, se forma un surco debajo de la superficie de la piel. Y, a medida que la piel envejece, pierde flexibilidad y ya no recupera su forma. Estos surcos se convierten en características permanentes del rostro”, según el centro médico.
Tratamiento natural
Aunque existen en el mercado muchos productos para el tratamiento de las arrugas, en la naturaleza encontramos un producto que puede ayudar en este propósito.
Se trata del aloe vera o también conocida como la sábila, que se convierte en un excelente tratamiento, debido a sus propiedades como un buen remedio casero.
De acuerdo con el portal La Verdad Noticias, esta planta no solo ayuda a cuidar la piel, sino que también es eficaz en la reducción de las arrugas.
Incluso, por su aporte nutritivo, el aloe vera es recomendado para combatir la celulitis y favorecer la cicatrización de la piel hasta mejorar la apariencia de las manchas, disminuir las arrugas y las líneas de expresión.
Además, sus capacidades hidratantes y calmantes contribuyen a regenerar la piel que haya sido afectada por situaciones como las quemaduras solares, mientras que sus propiedades antiinflamatorias “lo convierte en una opción excelente para masajes cuando se tiene dolor muscular”.
Cómo utilizarla
Una de las maneras de utilizar el aloe vera es como una mascarilla exfoliante, para lo cual se requieren 50 g de azúcar morena, 15 g de gel de aloe vera y 16 g de aceite de oliva extra virgen.
Se debe inicialmente limpiar el gel de aloe vera con abundante agua. Mezclar en un recipiente de vidrio los ingredientes hasta obtener una pasta homogénea.
Seguidamente, se puede aplicar en el rostro y realizar un suave masaje circular con la yema de los dedos durante cinco minutos. Este tratamiento culmina enjuagando la cara con agua fresca y secando con toques suaves.
Otra de las formas de utilizarla es como una mascarilla que servirá para reducir las arrugas y limpiar el cutis, para lo cual necesitará miel de abejas, agua de rosas y gel de aloe vera.
Para prepararlo se debe mezclar todos los ingredientes hasta obtener una pasta uniforme, tras lo cual se debe aplicar sobre el rostro previamente limpio, realizar un masaje circular en el cuello y rostro, permitiendo que los ingredientes actúen y finalmente, enjuagar con agua fresca para finalizar.
Una tercera opción es una mascarilla hidratante, para lo cual se requiere una yema de huevo, gel de aloe vera y aceite de oliva extra virgen.
El primer paso, en este caso, es limpiar el gel de aloe vera con abundante agua, luego, en un recipiente mezclar los ingredientes hasta obtener una pasta uniforme, luego aplicar la mezcla sobre el rostro limpio, cubriendo todas las áreas.
Se debe dejar reposar la mascarilla durante 20 minutos y enjuagar con agua tibia. Una recomendación es usar esta mascarilla una vez por semana para lograr el objetivo deseado.
Una recomendación final es el consumo de vitamina D prevenir el envejecimiento, la cual se encuentra en productos como la leche, los cereales y los pescados grasos como el salmón, la caballa o las sardinas son excelentes fuentes de esta vitamina.