Se cree que en el mundo entero aproximadamente 240 millones de personas tienen una infección por hepatitis B y 80 millones tienen una infección por hepatitis C. Según la Organización Mundial de la Salud, anualmente fallecen casi 1.4 millones de personas a causa de una hepatitis viral.
En solo Estados Unidos, alrededor de 5.3 millones de personas tienen hepatitis. Stacey Rizza, especialista en enfermedades infecciosas de Mayo Clinic y vocera de esta organización, dice que “todo lo que le afecta al hígado y le causa inflamación, por definición, es hepatitis”.
Pese a la vacunación, este año ha hecho noticia el contagio, durante meses, de una extraña hepatitis que, según la OMS, afectó a más de mil niños menores de cinco años que enfermaron en más de 35 países, y algunos de forma tan grave que requirieron trasplante de hígado.
BBC asegura que un grupo de científicos británicos podría haber descubierto la posible causa de la extraña hepatitis infantil que ha asolado a tantos niños en los últimos meses.
Los investigadores creen que detrás de los nuevos brotes están dos viejos virus: el adenovirus, asociado a resfriados y molestias estomacales y el virus adenoasociado 2.
El haber descubierto la causa abre la puerta a una nueva esperanza. Los científicos continúan su trabajo.
ABC de la hepatitis
Para reconocer esta enfermedad es importante distinguir los tipos de hepatitis que afectan a la población. Mayo Clinic explica:
“La hepatitis A corresponde al primer tipo de infección, la cual se contrae por agua o comida contaminada. Si bien uno puede estar muy enfermo, no se convierte en infección crónica”.
Una de las mejores maneras de protegerse contra la hepatitis A es practicar una buena higiene, como lavarse las manos con frecuencia. Los signos y síntomas son: Fatiga, náuseas y vómitos repentinos, dolor o malestar abdominal, especialmente en la parte superior derecha debajo de las costillas inferiores (en la zona del hígado), evacuaciones intestinales de color arcilla, pérdida de apetito, poca fiebre, orina de color oscuro, dolor articular, color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia) y picazón intensa.
“La hepatitis B es el segundo virus que se ha identificado y el causante de una infección crónica; pero afortunadamente, hay una vacuna muy eficaz contra la hepatitis B”.
Los signos y síntomas pueden ser desde leves hasta graves, y suelen aparecer de uno a cuatro meses después de contagiarse.
Quien lo padece puede sentir dolor abdominal, orina oscura, fiebre, dolor articular, pérdida del apetito, náuseas y vómitos, debilidad y fatiga, color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia)
La hepatitis C se transmite a través de los líquidos corporales. El virus daña el hígado y causa la muerte.
Suele ser una infección “silenciosa” durante muchos años, hasta que el virus daña el hígado lo suficiente como para causar los signos y síntomas de la enfermedad hepática, que son: aparición de hemorragias con facilidad, propensión a hematomas, fatiga, falta de apetito, coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina de color oscuro, picazón en la piel, acumulación de líquido en el abdomen (ascitis), hinchazón en las piernas, pérdida de peso, confusión, somnolencia y dificultad en el habla (encefalopatía hepática) y vasos sanguíneos en forma de araña en la piel (araña vascular).