Es natural que las personas siempre busquen que las relaciones interpersonales o humanas que sostienen a diario, sea en el trabajo, con la familia y con la pareja, sean de calidad. Se trata de relaciones que permiten intercambiar sentimientos, conocimientos y experiencias a través de una buena comunicación.

Sin embargo, no siempre fluyen como deberían hacerlo y parte de las causas que conducen a este desenlace puede ser el escaso manejo de las habilidades sociales, precisa el portal ‘Psicología y Mente’.

Si bien, según los expertos, la idea no es que las personas dejen de ser quienes son para encajar en las relaciones amorosas o de amistad, es importante saber cómo expresar y demostrar actitud frente a los demás con el fin de evitar conflictos y diferencias.

Dado que estas relaciones se dan en virtud de la necesidad de convivencia, la carencia o inestabilidad de las mismas da lugar a situaciones desagradables, frustraciones, conflictos e incluso perturbaciones psicológicas, precisa un artículo del portal Psicología Online.

Los conocimientos técnicos, el estudio y el talento son importantes para desenvolverse en la vida, pero es gracias a las relaciones interpersonales que se alcanzan los objetivos.

Los actos ofensivos pueden tener incidencia negativa en las relaciones interpersonales. Imagen: 123rf

Existen algunos trucos que pueden ayudar a manejar en la forma indicada las relaciones con los demás. Uno de ellos es mantenerse fiel a los principios, pues estos no pueden ser negociables. También es importante ser honestos para no engañar a los demás y evitar el uso de intermediarios para comunicar lo que se quiere. Evitar que se distorsione la información es clave.

De igual forma, demostrar confianza siendo integrales ayuda y esto se logra evitando cambiar constantemente de ideas respecto a lo que se dice o se hace. Practicar la espontaneidad y potenciar la empatía también funciona a la hora de mantener buenas relaciones interpersonales.

Otro aspecto clave es aprender a escuchar, mantenerse humilde, no guardarse las cosas y siempre estar en contacto. Estos lineamientos son, según los expertos, importantes si de tener buenas relaciones interpersonales se trata.

Sin embargo, puede suceder que a pesar de que se utilicen muchos de estos trucos o ‘tips’, las cosas no funcionen como debieran. Según Marcela Hernández, ‘coach’ ontológico del Instituto Tecnológico de Monterrey, en México, muchas relaciones no fluyen porque se manejan desde el ego o la inseguridad.

¿Cómo evitar las peleas?

Para evitar los conflictos y mejorar las relaciones interpersonales, la experta plantea la fórmula aplicada por santa Mónica, madre de san Agustín, que actuaba desde el amor y la confianza en sí misma.

Gritar no es muestra de carácter, sino, por el contrario, puede ser de debilidad. Foto: Ingimages

Se trata de una técnica milenaria que impacta sobre las personas e inhibe las peleas, por lo que ayuda a evitar los conflictos con los demás. El primer aspecto a tener en cuenta es que cuando una persona esté de mal genio es importante esforzarse por sacar el buen humor, para contrarrestar el malestar del otro.

De acuerdo con los expertos, a veces, las situaciones inesperadas no dan tiempo de entrar en un proceso complejo de reflexión y autoconocimiento, pero una pregunta rápida y práctica que puede ayudar a no enrolarse en el estado de ánimo negativo del otro es: ¿qué gano y qué pierdo con ponerme al nivel de esta persona? Eso ayudará a tomar una mejor decisión y actuar con calma.

Evitar responder con gritos

Una segunda parte de la fórmula es que cuando alguien grite, es clave tratar de contestarle con tranquilidad. Para los especialistas, detrás de la ira y los gritos se encuentra una necesidad por controlar al otro y mostrar que se es más fuerte y poderoso, aunque esto en realidad puede evidenciar todo lo contrario: debilidad y falta de carácter.

Según el portal ‘Desde la fe’, santa Mónica tenía una personalidad inquebrantable para mantenerse ecuánime ante las provocaciones. Por eso la recomendación es ir más allá de los pensamientos que muchas veces solo hace crecer el rencor y las actitudes defensivas. Es importante mirar las cosas con un sentido más profundo y amoroso a las circunstancias, anteponiendo el bien para todas las partes involucradas.

Para pelear se necesitan dos. Por último, cuando alguien quiera pelear la mejor forma de no entrar en el juego es evitarlo. No se trata de actuar como santos, sino de hacerlo con confianza, sabiduría y firmeza, pues para pelear siempre tiene que haber otro.