El funcionamiento del cuerpo humano es tan complejo como impresionante. Las tareas que cumple para permitir el desarrollo de todo tipo de actividades, desde abrir los ojos hasta realizar exitosamente un trabajo, necesitan de múltiples sustancias, partes y procesos. Por eso, cuando algo está fallando y se evidencia a través de enfermedades, es válido analizar todos los eslabones de la cadena.
Con ese objetivo, se puede identificar la cantidad que se consume y se tiene de las diversas vitaminas necesarias para funciones específicas. En este caso, en lo relacionado a la regulación del colesterol y el tratamiento de problemas cardíacos, la ciencia ha demostrado que la vitamina B3 juega un papel trascendental.
El portal Sport explica que la vitamina B3, también denominada niacina, es un nutriente fundamental en el organismo en el proceso de obtención de energía. Esta vitamina es una de las ocho del tipo B.
“Dependiendo del modo de consumo puede tener efectos distintos: ácido nicotínico, el modo de utilizar este compuesto para regular el colesterol y tratar problemas cardíacos; o bien como niacinamida o nicotinamida, que es cuando puede utilizarse para tratar diabetes de tipo 1, algunas afecciones en la piel o incluso la esquizofrenia. La diferencia entre ácido nicotínico y niacinamida es que la última no regula los niveles de colesterol”, detalla el portal.
Ahora, si es tan buena como se ha demostrado, surge una pregunta: ¿Cuáles alimentos la contienen? La Clínica Universidad de Navarra organizó una lista de los alimentos con más contenido de vitamina B3, por cada 100 gramos de porción.
Lideran la lista los cacahuetes (21,3), atún y bonito (17,8), pollo (14), jamón serrano (12), bacalao (10,5), salmón (10,4), cordero (10), salchichón (10), jamón cocido (8,8), carne magra de cerdo (8,7), puré de patata (7,8), chuletas de cerdo (7,2) cigalas, langostinos, gambas (7,4), chuletas de vacuno (7,2), foie-gras y patés (6,9) rape, pescadilla y merluza (6,9), mollejas (6,9), perdiz (6,7) queso manchego semicurado (6,7), lubina (6,7), hamburguesas (6,5), sardinas (6,4) queso cabrales (6,3), queso roquefort (6,3), centollo (6,2), queso gruyere (6), queso emmental (6), cabrito (6) y merluza (6).
La vitamina B3 se encuentra en muchos alimentos del día a día, desde pechuga de pollo, lentejas, frutos secos, conservas de atún, carne vacuna, leche hasta en los huevos. Los expertos señalan que en los alimentos la niacina se presenta en forma de ácido nicotínico, nicotinamida y triptófano.
Estas sustancias coenzimáticas son las que logran aportar en el proceso de obtención de energía, de generación de energía metabólica y de síntesis de algunas hormonas.
En lo que corresponde a los niveles adecuados de colesterol, se detalla que la presencia de niacina en el cuerpo “reduce el riesgo de acumulación de colesterol en las arterias y aumenta la función vasodilatadora de los vasos sanguíneos, disminuyendo la presión arterial y garantizando el buen funcionamiento del sistema circulatorio. Esto tiene como consecuencia que niveles adecuados de vitamina B3 pueden prevenir enfermedades cardíacas y del sistema circulatorio”, señalaron.
En este punto, los médicos recomiendan una alimentación combinada entre niacina y estatinas para reducir el riesgo de padecer estas enfermedades.
En lo que tiene que ver con el sistema nervioso, el portal ya mencionado describe que “la acción conjunta de niacina y otras vitaminas del mismo complejo, como la riboflavina o la piridoxina permiten el correcto funcionamiento de estas funciones orgánicas, aumentando la función cerebral. Las coenzimas NAD y NADO se forman a partir de niacina”.
Y señala otro aspecto muy interesante: para personas con enfermedades como la esquizofrenia, se recomienda la ingesta controlada de vitamina B3, dado que ayuda a reparar el daño en el cerebro. Por este mismo beneficio, aunque por ahora no hay resultados contundentes, se habla de que el consumo de niacina puede ser adecuado en algunos procesos de Alzheimer.
Finalmente, resulta curioso que la vitamina B3 se descubrió cuando se buscaban las causas de la pelagra, una enfermedad que ocasiona dermatitis, diarrea y demencia. Pues bueno, resulta que aunque creían que ocurría por cuenta de una infección, el doctor Joseph Goldberg demostró que la causa de la pelagra era la deficiencia de la niacina.