El jengibre es una raíz muy utilizada especialmente en casos de gripa o resfriado común, que incluye síntomas como malestar general, dolor en el cuerpo, mocos, tos o sequedad en la garganta, entre otros.
Es que dicha raíz tiene un alto contenido en vitamina C y vitamina B6. Y, según el portal Cuerpo Mente, contiene también “sustancias fenólicas (denominadas gingeroles, shoagoles y gingeronas), enzimas proteolíticas, ácido linoleico y minerales (calcio, magnesio, fósforo y potasio)”.
Así como “carbohidratos, los lípidos y los compuestos fenólicos, aminoácidos, fibra, proteínas, fitoesteroles, vitaminas y minerales, y constituyentes aromáticos”, tal como registra en El Diario.
Todas estas propiedades son beneficiosas para el cuerpo, pues ayudan a defenderlo de algunas enfermedades que lo atacan con frecuencia y también ayuda a evitar el envejecimiento de las células, por sus propiedades antioxidantes.
Además de otras antioxidantes y compuestos bioactivos que ayudan a inhibir el aumento de peso, a mejorar la metabolización de los nutrientes, a favorecer la eliminación de las grasas a través de las heces y a mejorar la digestión, según el portal Tua Saúde.
Esta raíz también “puede ayudar a reducir el estrés oxidativo, que es el resultado de tener una cantidad excesiva de radicales libres en el cuerpo”, como registra el portal Healthline.
La revista Metabolismo publicó un estudio en el 2012 en el que demuestra que dicha especie es capaz de contribuir a la sensación de saciedad en el cuerpo. De acuerdo con el portal Atida, esta raíz facilita el tránsito intestinal y la absorción de los nutrientes de los alimentos que se consumen.
El medio asegura que también es beneficioso para la prevención de enfermedades complejas como “cáncer colorrectal, gracias al compuesto 6-gingerol. Esta sustancia imposibilita el desarrollo y la proliferación de células cancerígenas en la zona intestinal. Por otro lado, el jengibre ayuda a combatir la bacteria H. pylori, causante de úlceras estomacales”.
En una publicación de la revista Mejor con Salud, la médica Karla Henríquez, cita un estudio compartido a través de Iranian Journal of Pharmaceutical Research, el cual reveló que esta especia tiene potencial como antidiabético.
De acuerdo con la investigación, los pacientes que tomaron 2,2 gramos de jengibre en polvo al día reportaron una disminución de los niveles de azúcar en la sangre hasta en un 12 %.
Sin embargo, aunque parece uno de los llamados ‘superalimentos’, hay casos específicos en los que debe evitarse a toda costa, porque contrario a hacer un bien al cuerpo, podría hacer un daño.
Ecología Verde describe algunas situaciones en las que no es recomendable el uso del jengibre, en ninguna de sus presentaciones (ni en té, polvo, o la misma raíz). Entre las que destacan:
- No se “recomienda combinar con medicación antiplaquetaria ni coagulantes orales.
- Al ser una hierba que genera calor interno, no se aconseja en personas con hemorroides activas porque causará una sensación ardiente bastante incómoda que empeorará la condición.
- Puede subir, pero también disminuir la presión, así que debe evitarse en personas con problemas de tensión, sobre todo si ya se están medicando”.
- Las personas con cálculos biliares, excepto si el médico recomienda su toma en un caso concreto.
- No debe ser utilizado para combatir las náuseas del embarazo, por tratarse de un rizoma bastante fuerte. No está recomendado para embarazadas”.
Health Line también destaca que es mejor evitar consumirlo si “las mujeres embarazadas están a punto de dar a luz o que han tenido abortos espontáneos. El jengibre también está contraindicado si hay antecedentes de sangrado vaginal y trastornos de coagulación”.