El infarto genera un gran riesgo de producir insuficiencia cardíaca, pero todo depende de la extensión del área afectada por el infarto y de la rapidez con que el paciente reciba tratamiento. Y esto es así porque el infarto deja una costra rígida como cicatriz, muy similar a las que salen en la piel luego de una herida o raspadura, lo cual le hace perder elasticidad al músculo cardíaco. El tamaño de la huella depende de la extensión del infarto.En estas circunstancias el área del corazón que queda funcionando trata de compensar la parte dañada, pero con el tiempo ese esfuerzo extra lo va agotando hasta dejarlo con un pobre funcionamiento. Cuando se observa en una ecocardiografía, que es el método para hacer el diagnóstico de falla cardíaca, en lugar de un órgano firme, el corazón se ve como una bomba fofa sin fuerza y elasticidad y por lo tanto sin capacidad para bombear sangre a todo el cuerpo.Pero hay otros mecanismos que llevan al mismo resultado. La hipertensión es uno de ellos. La presión arterial elevada es, de hecho, un factor de riesgo de infarto y falla cardíaca. Pero no es necesario haber tenido un infarto para desarrollar esta última. La hipertensión también puede ocasionarla directamente y por eso controlarla es crucial para evitar este desenlace. Esta condición se presenta cuando la fuerza con la que el corazón bombea la sangre es alta. Los médicos la asimilan a una manguera conectada a una fuente de agua. Cuando se tapa en un extremo, es preciso abrir más la llave para que pase el mismo volumen de agua. En el caso del corazón esa presión hace que el músculo cardíaco se hipertrofie. Según Patricio Lopez-Jaramillo, el 43 % de los hipertensos no lo saben y de los que saben que padecen la enfermedad, el 44 % no recibe tratamiento. Del grupo que sí está en tratamiento, el 62 % no está controlado. “Esto sucede porque la hipertensión es una enfermedad silenciosa y como no da dolor ni otros síntomas, la gene no siente que deba tomar medicinas para bajarla”.En países subdesarrollados como Colombia la insuficiencia también se puede producir por la enfermedad de Chagas, que se propaga por la picadura del pito. No se sabe aún el mecanismo, pero se cree que la enfermedad produce la inflamación del músculo cardíaco. “Se ha podido demostrar que aunque el paciente sea detectado a tiempo con el mal de chagas, tendrá falla cardíaca”, señala Lopez-Jaramillo.La diabetes es otra manera como se desencadena la insuficiencia cardíaca debido a que quienes padecen esta enfermedad seguramente presentan otras condiciones que son riesgo para el infarto y la falla cardíaca, como hipertensión, altos niveles de azúcar en la sangre, obesidad, niveles de colesterol y triglicéridos anormales, entre otras. Todos estos factores contribuyen a que el corazón pierda fuerza y estructura, y cuando esto sucede no puede cumplir su función de bombear nutrientes y oxígeno a todas las células del cuerpo. Es entonces cuando aparecen los síntomas de insuficiencia cardíaca. El cansancio y la fatiga son de los más característicos, y con frecuencia los médicos lo comparan con la pose de un perro aburrido, pues así es como se ven: desganados, fatigados y con poco aliento debido a que llega menos oxígeno a  los músculos y tejidos. A la persona también se le inflaman los pies y tobillos y este síntoma se produce por una deficiencia en el funcionamiento de los riñones y porque el cuerpo empieza a retener líquidos. Esto puede crear problemas para calzarse. Cuando se acuestan, además, sienten dificultad para respirar, por lo cual deben dormir con muchas almohadas pues una posición más erguida facilita la respiración. Estos pacientes también tienen una tos persistente y una respiración sibilante debido a la acumulación de líquidos en los pulmones.  También se ha visto que la gente con insuficiencia cardíaca siente mucho frío en los pies y las manos, lo que sucede porque el corazón da prioridad a su función y bombea más sangre caliente al cerebro y otros órganos vitales. Una manera de contrarrestar el síntoma es vistiendo ropas abrigadas.Cualquiera de estos síntomas debe ser un campanazo de alarma que obligue al paciente a consultar a un especialista. Mientras más temprano se logre controlar la enfermedad, más posibilidad tendrá la persona de vivir más tiempo y con buena calidad de vida. Sin embargo, lo ideal no es esperar a que los síntomas aparezcan, sino prevenirlos. Volver al especial