La cena es la última comida que las personas consumen y el reto de muchas de ellas es lograr preparar y consumir alimentos saludables que les permitan conciliar el sueño. Si bien por la noche el requerimiento energético disminuye, el organismo sigue trabajando y una cena saludable debe incorporar por lo menos dos alimentos que aporten el 20 % y el 25% de las necesidades nutricionales del día.
Si una persona se acuesta con hambre, por lo general no podrá dormir bien y el cuerpo no hace bien sus funciones; incluso, al día siguiente se puede experimentar altos niveles de estrés, ansiedad y mal humor. De este modo, al cenar bien y a las horas indicadas, el organismo tendrá mayor energía para completar sus funciones de absorción y depuración metabólica.
Los expertos en nutrición recomiendan tomar la última comida del día entre las 7 y 8 de la noche, así la digestión iniciará antes y se podrá ir a la cama sin esa sensación de pesadez en el estómago. A su vez, es importante conocer qué alimentos se pueden incluir en la cena, ya que no todos aportan beneficios al organismo.
El huevo: una opción saludable
A pesar de que el huevo se relaciona como un alimento nutritivo en el desayuno, es uno de los más saludables para consumirlo en la noche. Entre sus virtudes más destacadas se encuentra su alto contenido en proteínas, que tienen propiedades saciantes que suprimen el apetito y lo convierten en un gran aliado para bajar de peso.
Así mismo, se ha comprobado que sus proteínas de calidad se asocian con ayudar a las personas a dormir mejor.
Un huevo aporta seis gramos de proteína, que es la cantidad perfecta para mantener el nivel de azúcar en sangre equilibrado durante la noche. Según el Instituto de Estudios del Huevo, este alimento tiene 14 nutrientes esenciales, incluyendo vitaminas A, B, D y E, además de ser fuente de calcio, selenio y yodo.
De hecho, un estudio de la Universidad de Purdue encontró que las personas que consumen más proteínas presentan una mejor calidad general del sueño en el transcurso de cuatro meses
A su vez, una investigación de Science Daily demostró que comer proteínas justo antes de acostarse puede conducir a una mayor síntesis de proteínas musculares mientras el cuerpo descansa, de tal manera que también son un buen aliado para obtener buenos resultados en la actividad física.
Los nutricionistas recomiendan optar por huevo revuelto o tortillas, ya que se procesa más fácil que un huevo duro. Sin embargo, es importante mencionar que la yema de huevo es mucho más difícil de digerir, por lo que si se es propenso a padecer malestar estomacal o digestiones pesadas, se puede consumir únicamente las claras.
Por su parte, el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos aconseja consumir los huevos dos o tres horas antes de acostarse, para que el cuerpo pueda digerirlos antes de quedarse dormido.
Beneficios del huevo
Ayuda a combatir el exceso de peso: el huevo es un alimento saciógeno, bajo en calorías, aporta solo 75 calorías por unidad. De esta manera, disminuye el apetito aportando pocas calorías y muchos nutrientes.
Favorece el desarrollo del cerebro: el huevo contiene colina, un nutriente fundamental para el desarrollo del cerebro, la memoria y el aprendizaje. También contiene luteína, que mejora la función cognitiva en adultos y adultos mayores.
Disminuye el riesgo de enfermedades: al ser rico en carotenoides, zeaxantina y luteína, interviene en la prevención de afecciones visuales como las cataratas y la enfermedad macular producida por la edad. Estas sustancias antioxidantes también están presentes en vegetales como el brócoli y la espinaca, pero el cuerpo absorbe mejor estos nutrientes cuando provienen del huevo, gracias a la grasa presente en la yema.