La dependencia que manifiestan algunas personas a sustancias específicas es una preocupación frecuente para las autoridades de salud pública de distintos países. Aunque en muchas partes del mundo las normas impiden el uso de ciertas sustancias psicoactivas que pueden provocar síntomas propios de la adicción, hay otras sustancias de uso común que pueden generar efectos de dependencia similares en el organismo.
Una de ellas podría ser el azúcar, que se incluye con frecuencia en la dieta de la gran mayoría de personas, pero puede provocar dificultades para la salud si se consume en exceso.
Precisamente, una afirmación popular sobre el azúcar advierte que es igual que una droga, ¿qué tanto asidero científico tiene esta idea? La Asociación de Diabetes de Madrid, España, hizo una revisión de las investigaciones que se centraron en encontrar los efectos que produce esta sustancia en el organismo.
En total, encontró ocho estudios que apoyaban la hipótesis de que, en efecto, el azúcar puede generar dependencia en el organismo de forma similar a algunas drogas. En contra de esta premisa, solo citó una publicación científica.
Una de las investigaciones que encontró que el azúcar provocaba dependencia se publicó en 2015, fue realizada por científicos del Departamento de Psicología de la Universidad de São Paulo (Brasil) y se realizó mediante experimentos en ratas.
“Se supone que el consumo de azúcar induce un estado de comportamiento similar al que provocan las sustancias adictivas”, advirtieron los investigadores. Y plantearon que suspender el consumo de lagunas de esas drogas puede provocar síntomas como el incremento de la impulsividad, que se evalúa por medio del refuerzo diferencial del rendimiento de baja tasa (DRL, por sus siglas en inglés), un método que se usa para reducir la frecuencia de una conducta en un individuo.
Por ello, se dedicaron a investigar cuáles eran los efectos de la abstinencia durante un período prolongado del consumo de azúcar a la luz de este método.
“A los animales se les permitió elegir entre agua corriente y una solución de sacarosa (grupo E) o solo agua (grupo C) durante 30 días. A continuación, se eliminó la solución de sacarosa y se obtuvieron medidas del rendimiento de DRL 20 durante 3 días consecutivos”, explicaron los investigadores.
Los resultados que documentaron los científicos fueron sorprendentes. El desempeño de las ratas a las cuales les habían quitado el azúcar en las pruebas desmejoró bastante.
“La abstinencia de azúcar después de un período de consumo relativamente largo resultó en un deterioro del rendimiento de DRL, lo que confirma los efectos paralelos de las drogas adictivas y el azúcar y sugiere un aumento en la impulsividad como consecuencia de la privación de azúcar”, se lee en el estudio.
Asimismo, la Asociación de Diabetes de Madrid citó otra investigación del Oregon Research Institute de Estados Unidos. En ella, los autores evaluaron los efectos que tenía el consumo de grasa y azúcar en las reacciones cerebrales de los pacientes. En efecto, el azúcar provocó una activación de algunas zonas específicas del cerebro.
“Los resultados implican que el azúcar recluta de manera más efectiva las regiones gustativas y de recompensa, lo que sugiere que las intervenciones de políticas, prevención y tratamiento deben priorizar las reducciones en la ingesta de azúcar”, advirtieron los autores del estudio.
No obstante, la investigación que consideró que el azúcar no necesariamente funcionaba como una droga evaluó la técnica del ayuno en los pacientes. Fue realizada por expertos de la Universidad de Swansea, en el Reino Unido.
Para resolver la duda, revisaron varios estudios en los que sometieron a un período de abstinencia al azúcar a los participantes. Luego, evaluaron los resultados.
“La literatura humana no respalda la hipótesis de que la sacarosa pueda ser físicamente adictiva o que la adicción al azúcar desempeñe un papel en los trastornos alimentarios”, concluyeron los autores de esa investigación.