Las autoridades sanitarias del mundo continúan en alerta frente al brote de la viruela del mono, sobre todo ahora que se han registrado las primeras muertes en países como España y Brasil.
En varias ocasiones se ha hecho la aclaración de que este no es un virus nuevo, de hecho se descubrió por primera vez en Macacos en 1958, de ahí su nombre.
Sin embargo, uno de los mitos que ha permeado la opinión pública en los últimos días es el que habla de la viruela del mono como una enfermedad de transmisión sexual.
Esto, porque la mayoría de los casos de este nuevo brote se han presentado en hombres que tienen sexo con otros hombres, aunque este no sea un factor determinante.
Al respecto, en días pasados se pronunció el consejero de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Andy Seale, quien aseguró que esta “no es una enfermedad gay”.
De hecho, el experto señaló que la viruela símica es eso, un virus, y dijo que puede afectar a cualquier persona sin importar su orientación sexual.
Incluso una pareja heterosexual puede llegar a contraer la enfermedad, pues la vía más eficiente de contagio es el contacto cercano de todo tipo.
La estigmatización que puede darse frente a la comunidad LGBTIQ+ en este caso podría llegar a ser contraproducente, pues las personas afectadas podrían optar por no dar información detallada, lo que, a su vez, obstaculiza la determinación del origen del contagio.
El director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió en días recientes a los hombres homosexuales que redujeran el riesgo de contagio limitando sus parejas sexuales.
“Para los hombres que tienen sexo con otros hombres, esto también significa, por el momento, reducir el número de parejas sexuales e intercambiar información con cualquier nueva relación para poder contactar con ellas”, enfatizó Adhanom.
Sin embargo, esta recomendación no nace de la caracterización de estas personas como miembros de la comunidad diversa, sino como población principalmente afectada.
Para los expertos, el hecho de que este brote haya tenido como foco a los hombres que tienen sexo con hombres no es más que un factor “anecdótico”.
Así pues, autoridades como la Sociedad Española de Inmunología y la misma OMS han desmentido las informaciones erróneas, dejando claro que el riesgo de transmisión de la viruela símica nada tiene que ver con la orientación sexual de los pacientes.
Viruela del mono en Colombia
En la noche de este viernes, el Instituto Nacional de Salud (INS) informó que se confirmaron dos nuevos casos de viruela del mono en el país, con lo que la cifra total asciende a 15.
El INS detalló que el primer caso se registró en un residente de Cartago, Valle del Cauca, y era contacto de un caso previo confirmado en Pereira en la mañana del viernes.
Este paciente, según las autoridades, se encuentra en aislamiento en su hogar y en buenas condiciones de salud. “En seguimiento para establecer toda su cadena de contactos”.
Asimismo, se dio a conocer del segundo caso de la enfermedad, quien reside en Bogotá, y se está estudiando el nexo epidemiológico. Este contagio también se encuentra en aislamiento, estable y en estudio de cadena de contactos.
“Con estos últimos resultados de laboratorio, se confirman 15 personas que en el país han contraído la viruela símica, 11 en Bogotá, 1 del Valle del Cauca, 1 en Pereira, 1 en Medellín y 1 en Cundinamarca”, reza el comunicado del INS.
Síntomas de la enfermedad
Los síntomas más frecuentes de la viruela símica, identificados por las instituciones sanitarias del mundo y locales, incluyen:
- Fiebre (no en todos los casos), ganglios inflamados, dolor de cabeza.
- Malestar general y dolor muscular.
- Lesiones en la piel que pueden inicialmente ser planas o ligeramente elevadas (como ampollas) que se llenan de líquido transparente o amarillento y después forman costra.
Asimismo, la erupción en la piel se puede presentar en plantas de manos y pies, cara, bocas y ojos, incluso en área genital y perianal.
Las formas de contagio se dan por contacto directo con secreciones corporales (saliva, semen, el líquido de las ampollas, etc.), al tocar los elementos personales de alguien enfermo o por contacto piel a piel con las lesiones que genera la enfermedad.