De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos, el sueño cumple primordialmente tres acciones directas en el cuerpo humano: lo revitaliza, repone y renueva.
Sumado a esto, cuando se duerme bien, es decir, al menos siete horas continuas, se está contribuyendo a que el sistema inmunitario funcione mejor. Además, no se puede dejar de lado que el descanso oportuno mantiene alerta a las personas, con mejor concentración en las actividades que desempeñan día tras día.
Del otro lado de la balanza, cuando no se descansa bien, puede diagnosticarse como insomnio, entre otros conceptos médicos.
En efecto, “la falta de sueño puede aumentar el riesgo de tener problemas de salud, como enfermedad cardÍaca, presión arterial alta y obesidad. También puede afectar la concentración y la memoria”, según los mencionados centros norteamericanos.
En la misma corriente de ideas, el horario de dormir más común es en la noche, pero hay quienes descansan en cualquier momento del día.
Precisamente, una de las prácticas que, posiblemente, más se repite en los hábitos de una buena parte de los sujetos es la de acostarse después de almorzar. Esto porque luego de ingerir un buen plato de comida, es común que el cuerpo sienta la necesidad de reposar para poder adquirir los nutrientes de cada alimento.
No obstante, los conocedores y expertos del tema en salud comparten lo que significa para el organismo el hecho de acostarse a dormir después de almorzar.
Dormir después de almorzar
Teniendo en cuenta recopilaciones del portal Salud 180, tomar un descanso profundo tan pronto se termina de comer no es de los mejores hábitos saludables, ya que esto puede generar síntomas como:
- Acidez y reflujo.
- Indigestión.
- Aumento de peso.
- Problemas cerebrovasculares.
Respecto al último signo, se indica que “cuando no dejamos pasar el tiempo necesario para la digestión y dormimos inmediatamente, puede presentarse una falta de oxigenación, lo cual podría desencadenarse en un episodio cerebrovascular”.
En vista de ello, la recomendación de los expertos es que si una persona se alimenta no se acueste a dormir de inmediato, sino que puede hacerlo 40 minutos después de haber ingerido el almuerzo.
Por su parte, el blog de Famisanar da a conocer que no hay estudios concretos que avalen por completo las contraindicaciones para la salud que trae consigno el hecho de dormir después de comer, en este caso, a la hora del almuerzo.
Sin embargo, detallan que los síntomas o signos que se presentan pueden depender de la cantidad de comida que se ingiera. Por ello, los especialistas en salud comparten los siguientes consejos, puntualmente para la cena:
- Procurar comer al menos tres horas antes de acostarse a dormir.
- Evitar la cafeína, comida picante o grasosa; esta puede provocar reflujo o acidez.
- El alcohol también puede interferir en el sueño, así que no hay que consumirlo.
- “Si siente que comió más de la cuenta, puede hacer una caminata, la cual le puede ayudar a reducir los niveles de azúcar en la sangre y la sensación de pesadez disminuirá”, recalca Famisanar.
Para finalizar, MedlinePlus, el portal oficial de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, complementa que variables como tener una agenda ocupada, vivir en un mal entorno, interactuar mucho con dispositivos electrónicos, sufrir de artritis o tener dolencias musculares, pueden truncar el buen sueño.
En adición, también es posible que no descansar acertadamente produzca estrés. “Después de varias noches de dar vueltas en la cama, el simple hecho de estar allí puede hacerlo sentir ansioso y despierto, incluso si se siente muy cansado”, según MedlinePlus.
Nota: cuando las actividades del diario vivir se ven totalmente afectadas por la falta de sueño, se debe recurrir a un médico para recibir un tratamiento.