Es indudable que el nacimiento de los hijos altera el sueño tranquilo de los padres. Despertarse, levantarse, estar atentos a lo que el niño necesita y la inesperada llegada de los niños a la cama matrimonial, son situaciones frecuentes durante la crianza. Lograr que duerman solos en su cuarto y no se despierten se convierte en un reto. Pero no siempre es fácil saber cómo lograrlo, si es conveniente dejarlos llorar, o es mejor acompañarlos en su cama o permitirles dormir con papá y mamá.Existen diferentes estudios sobre si es conveniente o no que los niños duerman con los padres. Algunos apoyan el dejarlos dormir en la misma cama y otros afirman que cuando esto se permite los niños sufren consecuencias negativas para su vida. Pero todos coinciden en que enseñar hábitos sanos de sueño a los pequeños favorece un buen desarrollo y contribuye al bienestar de padres e hijos.Dormir con los niños es decisión de cada pareja, los dos deben estar de acuerdo y sentirse cómodos con ella; deben tener en cuenta las necesidades del niño y de la familia y las causas de las alteraciones del sueño. Aprender a dormir solos hace parte del proceso de desarrollo de la autonomía y cada niño lo logra en un momento diferente.Puede leer: ¿Cómo afecta a un niño el abandono de su padre?Para saber qué hacer es importante conocer el proceso del sueño de los niños:Tiene varios ciclos. El sueño de los niños, igual que el de los adultos, tiene varios ciclos de aproximadamente una hora, en los que se alterna el sueño liviano y el profundo; cuando están en el ligero tienen más probabilidad de despertarse. Algunos se duermen de nuevo solos mientras que otros requieren de la compañía de los padres. Existe una mejor hora para dormir. Cuando baja la actividad del niño y se le ve cansado es el momento más propicio para que vaya a dormir. Llevarlo a la cama a esa hora facilita el proceso. Si pasa este tiempo y sigue despierto, se reactiva y le será más difícil quedarse dormido.El sueño es importante en el desarrollo. Durante el sueño se segregan las hormonas del crecimiento, se fortalece el sistema inmunológico y se fija el aprendizaje que se realizó durante el día. Los niños necesitan entre 9 y 12 horas diarias de sueño. Si no duermen lo suficiente, presentan mas dificultades de comportamiento, de atención, de aprendizaje y de manejo de sus emociones. Cuando les es difícil levantarse y están frecuentemente cansados durante el día, están dando señales de que no están durmiendo lo suficiente.Hay varias alteraciones del sueño. Algunas de las dificultades más frecuentes en el sueño de los niños son: dormir poco, despertarse varias veces durante la noche, poner resistencia para ir a la cama, no lograr quedarse dormidos y tener pesadillas o terrores nocturnos. Podemos considerar que existe una alteración en el sueño cuando alguna de estas situaciones se presenta en forma permanente o con mucha frecuencia. Es normal que ocurran ocasionalmente.Le recomendamos: Papás, menos quejas, más accionesAlgunas de las causas de las alteraciones de sueño en los niños son:Dificultades de salud o de las condiciones físicas. Cuando los niños tienen dificultades digestivas, algún dolor o están enfermos se altera el sueño, se despiertan varias veces y les es difícil dormirse de nuevo. Condiciones de temperatura, ruidos, luminosidad o la presencia de equipos electrónicos en el cuarto alteran los ciclos de sueño.Ansiedad de separación. Cuando los niños sienten miedo de estar sin sus padres y no pueden separarse de ellos, tampoco logran dormirse solos o permanecer toda la noche en su cuarto. La preocupación de los padres por ellos también puede ocasionar alteraciones en el sueño. Sentir tranquilidad en el lugar donde duermen y la confianza de que sus padres acudirán si ellos los necesita, son la base de un sueño continuo y reparador.Dificultades en la familia. Los problemas de pareja y los conflictos familiares generan ansiedad y miedos en los niños que se ven reflejados en el sueño; se despiertan en la noche para confirmar que sus padres estén en casa, se quedan despiertos oyendo las discusiones entre ellos y tienen pesadillas. En algunos casos los niños son utilizados, inconscientemente, por los padres como un escudo protector para evitar la agresión o el contacto intimo.Peleas a la hora de dormir. Cuando el momento de dormir se convierte en una lucha permanente, los padres se impacientan, los niños no se duermen a la hora convenida, se resisten a ir a su cama y tienden a despertarse con frecuencia.Sugerimos: ¿Por qué los niños franceses no hacen pataletas?Algunas claves para que los niños adquieran buenos hábitos de sueño son:Hacer de la hora de dormir un momento especial. Ir a dormir debe ser una experiencia agradable para los niños, un tiempo especial donde comparten y reciben afecto de sus padres. Cuando lo viven de manera positiva aprenden que estar cansados es la señal para ir a la cama y se acuestan con facilidad. No es recomendable enviarlos a su cuarto o a dormir como castigo.Crear una rutina de sueño. Las rutinas a la hora de acostarse preparan al niño para conciliar el sueño. Deben definirse de acuerdo a la edad, ser consistentes y positivas; ser cortas, realizarse en el lugar donde el niño duerme, y tener actividades tranquilas y con poco ruido. Pueden incluir, por ejemplo, un baño, un masaje, leer un cuento, contar una historia, cantar una canción suave, arruncharlos, desearse buena noche y apagar la luz. A medida que crecen es conveniente acordar con ellos estas rutinas y permitirles elegir el orden en el que se van a realizar, esto les hace sentir que están participando en las decisiones y ponen menos resistencia.Estar emocionalmente disponible.. Estudios como el realizado por Pennsylvania State University, han demostrado que la disponibilidad afectiva de los padres en el momento de ir a la cama y durante la noche disminuye las dificultades de sueño de los niños. Un padre tranquilo y afectuoso transmite seguridad y confianza, lo que contribuye a que tengan una mejor calidad de sueño. Estar emocionalmente disponible es poder percibir y entender lo que ellos está sintiendo y responder con afecto a sus necesidades.
Que los niños aprendan a dormir solos y desarrollen hábitos de sueño saludables es un proceso que lleva tiempo y requiere paciencia y constancia. Los padres son los principales responsables de guiar con firmeza y amor a sus hijos a la hora de ir a la cama.*Psicóloga de la Universidad Javeriana experta en infancia. Autora de los libros: Descubre tu GPS, Algo pasa en casa, el divorcio de mis papás y Un momento difícil, la muerte de un ser querido. Los dos últimos en coautoría con María Elena López