Los alimentos son el vehículo por medio del cual el cuerpo recibe nutrientes y la energía que necesita cada persona, pero la forma de consumirla también puede influir en el organismo, ya sea de manera positiva o negativa. Entre los factores a tener en cuenta al momento de consumir un alimento es saber si se ingiere frío o caliente. Bajo esto este punto, los expertos aseguran que la segunda opción facilita la digestión.
De hecho, el portal web QuiroSalud explica que el estómago está a unos 37 °C de temperatura, y por contacto, la comida se calienta al entrar al organismo, pero esto requiere un cierto tiempo y de alguna manera retarda el vaciamiento del estómago hacia el intestino delgado. De esta forma, al comer frío, se debe destinar un tiempo para “calentar” los alimentos, lo que supone una digestión más lenta.
Pero más allá del proceso de digestión, algunas personas consideran que la temperatura de la comida está relacionado con el aumento del peso. Ante esta premisa, los expertos en salud señalan que no existen ninguna relaciones frente a estos dos factores, pues tanto frío como caliente, solo dependerá de la cantidad de calorías ingeridas. Lo que sí se debe evaluar es la técnica de cocinado que se utiliza, pues si se fríe los alimentos, estos se van a impregnar de aceite y su aporte calórico se va a multiplicar. En cambio, si se utilizan técnicas de cocción sanas como el vapor, hervidos, salteados o a la plancha, se tendrá un mayor control de las calorías que se añaden al producto inicial.
Por otra parte, Araceli Vallone, especializada en nutrición y obesidad, dice a Infobae que las comidas calientes pueden provocar una sensación efímera de saciedad; sin embargo, esto no es real del todo. En un corto plazo se puede observar que los alimentos calientes sacian más que los fríos, pero al poco tiempo el estómago nuevamente se siente vacío. Principalmente, esto se debe a que la temperatura caliente se suele comer más despacio, por lo que se activa la sensación de saciedad.
“Las comidas calientes irritan un poco la mucosa y pueden dar la sensación de más saciedad. De todas maneras, nunca se recomienda que sean muy calientes porque la persona no lo va a tolerar bien y le va a producir un malestar luego de la ingesta”, dice Vallone.
Ante este panorama, es importante conocer que no todos los alimentos sufren las mismas modificaciones nutricionales en su cocinado, y lo que para unos es una ventaja, para otros no lo es. Como ejemplo de ello es el caso de las verduras, que al ser hervidas durante un tiempo prolongado pueden ceder gran parte de las mismas al agua de cocción, por no decir que muchas de estas se desnaturalizan con el calor. Pero para toda regla hay una excepción, y este es el caso de las zanahorias, que al cocinarlas aumenta sus propiedades nutricionales.
Recomendaciones nutricionales de los expertos en salud
- Lo ideal es alternar en cada comida alimentos preparados de forma fría y de forma caliente, pues la alternancia de la temperatura favorece el aparato digestivo. Asimismo, los expertos indican que el orden correcto del consumo de estos alimentos sería primer consumir las comida frías para finalizar con las calientes o acompañar de una bebida caliente.
- En caso de padecer problemas de colon irritable o cualquier otra molestia intestinal, cualquiera de estas recomendaciones reducirá la incomodidad, pues ayudará al sistema digestivo a procesar y desechar lo que se come.
- Cuando se deben comer alimentos fríos, sobre todo cuando son días soleados, los alimentos deberán ser equilibrados, con propiedades nutricionales benéficas para el organismo.