Todo un debate ha centrado por tiempo indefinido el horario más ‘adecuado’ para darse una ducha; sin embargo, algunos especialistas prefieren mantener su distancia al dar una respuesta radical. Lo anterior, porque muchas veces la discusión está sujeta a la cotidianidad de cada persona u otros factores, como si hay alguna condición médica previa y las rutinas de trabajo.
Sin embargo, para muchos es un interrogante que no pasa al azar y al que la ciencia no ha llegado a un único punto de acuerdo. La experta en sueño Janet Kennedy le explicó a The New York Times que la decisión varía si, por ejemplo, a una persona le cuesta más levantarse o tiene problemas de insomnio.
En el primer caso, es recomendable que el baño se haga en las mañanas porque así se activaría la alerta en el cuerpo y podría empezar a generar un hábito, pero no necesariamente aplica a todos los casos. Kennedy recomienda verificar que el agua esté templada, mas no completamente fría.
“El cuerpo se enfría de forma natural según se acerca la hora de acostarse, en sincronización con el ritmo circadiano (...) La ducha logra aumentar la temperatura de forma artificial otra vez y permite sosegarse de forma más rápida, lo que ayuda a dormir”, le dijo al medio norteamericano, citado por El Español.
¿Y la alternativa del baño nocturno?
La ducha nocturna resulta en una alternativa a contemplar si, en caso contrario, hay dificultad a la hora de conciliar el sueño porque ayudaría a relajar la tensión muscular y propiciar el descanso. Pero en este punto, dermatólogos como Gary Goldenberg, del Hospital Mount Sinai, hacen una salvedad en la temperatura y tiempo bajo el agua.
“Las duchas muy calientes tienden a desprender los aceites de la piel y a irritarla (...) Cuanto más tiempo se está en el agua, mayores son las posibilidades de que se seque la piel”. El Español recopiló sus palabras y la sugerencia de que el lapso no supere los diez minutos, pero tampoco sea inferior a cinco minutos.
Otro aspecto que los especialistas ponen sobre la mesa es que el hecho de optar por el horario nocturno da la sensación de irse a dormir limpio, pero no significa que las sábanas o la habitación (en general) lo estén. Factores como el sudor llevan a que especialistas sugieran darse una ducha rápida también al día siguiente.
¿Qué causa el dolor en los pulmones?
El portal de salud y bienestar Tua Saúde hizo un compilado de las causas más recurrentes para el dolor de pulmón. Las infecciones como neumonía o tuberculosis pueden generar malestar en el pecho que aparece con señales como tos (con o sin presencia de sangre), exceso de mucosidad y problemas para respirar.
El covid-19 es otra patología en la que, según esa plataforma sanitaria, el dolor pulmonar puede manifestarse. En ese caso, las recomendaciones han sido extendidas desde los picos de la pandemia: descartar si se tiene el virus con un test, si autoaislarse, procurar una buena ventilación, completar el esquema de vacunación y priorizar el lavado de manos.
Tua Saúde refiere también al asma con su consecuente inflamación, ausencia de aire, tos y ‘silbidos’. Esta es una de las patologías crónicas que suele requerir de medicación, incluso, para toda la vida y para la que es necesario, por ejemplo, evitar el uso de mascotas en la casa y procurar que la residencia esté constantemente limpia.
La molestia pulmonar aparece cuando hay problemas cardíacos, situaciones donde se detona la ansiedad y lo que se conoce como pleuresía que, de acuerdo con Mayo Clinic, consiste en una afección en “las dos capas grandes y delgadas de tejido que separan los pulmones de la pared torácica”.