Según explican los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) un accidente cerebrovascular, también conocido como ataque cerebral o derrame cerebral, sucede cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se interrumpe repentinamente o cuando un vaso sanguíneo se estalla en el cerebro. Cuando esto último ocurre, la sangre se derrama en los espacios que rodean las células cerebrales y pueden morir al no recibir oxígeno.
Al momento de tener un accidente cerebrovascular es importante acudir inmediatamente a un centro médico. “Es una emergencia médica, y el tratamiento inmediato es crucial. La acción temprana puede reducir el daño cerebral y otras complicaciones”, afirma Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, explica que los síntomas pueden manifestarse rápidamente. Estos incluyen:
- “Entumecimiento o debilidad repentina de la cara, brazo o la pierna (especialmente a un lado del cuerpo).
- Confusión repentina, dificultad para hablar o para entender el habla.
- Problemas repentinos para ver con uno o ambos ojos.
- Dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida del equilibrio o coordinación.
Las personas que sufren un derrame cerebral pueden sufrir otras afectaciones en diferentes partes del cuerpo. Por ejemplo, una muy común es la parálisis completa de un lado del cuerpo.
“Una discapacidad relacionada que no es tan debilitante como la parálisis es la debilidad unilateral o la hemiparesia. El accidente cerebrovascular puede causar problemas con el pensamiento, la conciencia, la atención, el aprendizaje, el juicio y la memoria. Los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular a menudo tienen problemas para entender o formar el habla. Un derrame cerebral puede llevar a problemas emocionales”, detallan los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.
Factores de riesgo
Hay varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer un ataque cerebral. En el caso de las mujeres, sufren de esta enfermedad cuando son mayores y cuando la padecen, tienen más riesgo de morir que los hombres.
- Presión arterial alta.
- Colesterol alto.
- Aumento de edad, en especial de los 55 años en adelante.
- Diabetes.
- Obesidad.
- Familiares que hayan padecido accidentes cerebrovasculares.
- Personas que padecen enfermedades cardíacas.
- Durante el embarazo, las mujeres tienen mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.
- Tener frecuencia cardíaca irregular.
- Fumar cigarrillo o estar expuesto al humo del cigarrillo.
- Uso de píldoras anticonceptivas o terapias hormonales que incluyan estrógenos.
La Organización Mundial de la Salud insiste en su preocupación por las largas jornadas laborales y su efecto en la salud de las personas. Un estudio de esta entidad concluyó que “trabajar 55 horas o más a la semana aumenta en 35 % el riesgo de presentar un accidente cerebrovascular y en 17 % el riesgo de fallecer a causa de una cardiopatía isquémica con respecto a una jornada laboral de 35 a 40 horas a la semana”.
Según esta investigación, en 2016 la cifra de muertos por accidentes cerebrovasculares fue de 398.000 y 347.000 por cardiopatía isquémica, resultado de jornadas de trabajo de más de 55 horas a la semana o más. “Entre 2000 y 2016, el número de defunciones por cardiopatía isquémica debidas a las jornadas laborales prolongadas aumentó en 42 %, mientras que el incremento en el caso de las muertes por accidente cerebrovascular fue del 19 %”.
Medline Plus explica que manejar el estrés puede contribuir a la prevención de accidentes cerebrovasculares. Por eso, es importante evitar aquellos factores que lo ocasionen. La Biblioteca agrega que un estilo de vida saludable es clave para evitar esta afección: tener una dieta saludable para el corazón, un peso saludable, ejercitarse, no fumar y regular la presión arterial y colesterol elevado.