Aunque aún hay quienes creen que consumir cerveza después de correr podría ayudar a mejorar el estado de hidratación e iniciar el proceso de recuperación muscular, este mito ha sido descartado por completo debido al grado de alcohol que esta bebida contiene y que, independientemente de la dosis consumida y el momento de su consumo, resulta tóxica para el organismo, afectando así negativamente el proceso de recuperación del cuerpo tras haber realizado algún esfuerzo físico, según explica el portal especializado en salud Mejor con Salud.

De acuerdo con un estudio realizado por la Universidad de Oxford, el consumo de cualquier cantidad de alcohol genera daños al cerebro, resultados que desmienten la creencia sobre que beber alcohol con moderación no tiene consecuencias para la salud.

El análisis, que involucró a más de 25.000 personas en el Reino Unido y que es reseñado por The Guardian, arrojó que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol dado que así se ingieran cantidades pequeñas afecta negativamente a casi todas las partes del cerebro y, por lo tanto, tampoco es aconsejable para hidratar el organismo.

Tal es así que, conforme al mismo medio, en 2016 el Departamento de Salud introdujo nuevas pautas sobre el consumo de alcohol en el Reino Unido, recomendando que tanto hombres como mujeres no beban más de 14 unidades de alcohol por semana.

Bajo ese contexto, y según explica Mejor con Salud, el alcohol afecta negativamente al estado de hidratación necesario para reponer los líquidos y nutrientes que se pierden tras la práctica de una actividad física, y por el contrario, se experimentará una alteración de los niveles hormonales, sobre todo en los hombres. “Es posible que la concentración de testosterona se reduzca, mientras se incrementa la de cortisol. Este proceso genera un incremento de los niveles inflamatorios, contrarios a lo que se debería buscar para una buena recuperación”, indica.

Por ese motivo, lo más adecuado es que se ingieran proteínas de origen animal, carbohidratos de bajo índice glucémico, grasas de tipo insaturado y vegetales de color rojo, así como agua mineral.

“Es cierto que se pueden incluir algunas alternativas como las bebidas deportivas o como los batidos de proteínas. No obstante, todos estos elementos están diseñados específicamente para favorecer la recuperación. En ningún caso afectan negativamente a la síntesis proteica o de glucógeno sino todo lo contrario”, explica el medio experto.

En caso de no tener en cuenta estas recomendaciones, es posible que se incremente el riesgo de lesión en eventos posteriores y se verá afectado el rendimiento deportivo.

Del mismo modo, una razón más para controlar el consumo de alcohol es que este puede llegar a acelerar el envejecimiento de los vasos sanguíneos.

Una investigación halló un nexo entre tomar trago en la adolescencia y la juventud y la aceleración de la rigidez arterial, un precursor de la enfermedad cardiovascular. El trabajo fue presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología ESC 2021.

Según el autor del estudio, Jugo Walford, estudiante de medicina en University College London, “hubo algunas pruebas de un aumento gradual con el uso más intenso, lo que significa que cuanto más se bebe, mayor es el aumento de la rigidez arterial”. agregando que “esta relación no se explica por otros factores que predisponen a la enfermedad cardíaca, lo que sugiere que el comportamiento de riesgo durante este periodo tiene un efecto directo sobre la salud vascular”.

A medida que las personas envejecen, sus arterias se vuelven naturalmente más rígidas y menos elásticas. Unas arterias más rígidas se asocian a un mayor riesgo de cardiopatía e ictus. Algunos comportamientos pueden acelerar el endurecimiento arterial. Por ejemplo, investigaciones anteriores han demostrado que fumar tabaco y beber alcohol están relacionados con el endurecimiento de las arterias en los adolescentes.

Es así que lo mejor es que la cerveza así como otras bebidas alcohólicas sean retiradas de la dieta, y con ello evitar experimentar patologías a medio plazo derivadas de su consumo.