Adelgazar suele ser una meta común para las personas que presentan sobrepeso. Aunque, en principio, esta idea representa adoptar un estilo de vida más saludable, es clave evitar los extremos y no caer en dietas y ayunos que pongan en riesgo la salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para tener un peso sano es importante mantener una dieta equilibrada y realizar actividad física con frecuencia. De hecho, estas prácticas son dos de los pilares para un estilo de vida saludable.
No obstante, a la hora de adelgazar, las personas pueden encontrarse con todo tipo de prácticas. Por ejemplo, el ayuno suele ser una opción popular para quienes buscan a toda costa cómo bajar de peso. En todo caso, la valoración médica es esencial en estos casos, por lo que se recomienda siempre consultar con un profesional de la salud antes de modificar de esta manera los hábitos alimenticios.
Según reseña el National Institute of Health (NIH) en su página web, “las dietas de ayuno se centran principalmente en el momento en que puede comer. Existen muchas dietas de ayuno diferentes, a veces llamadas ‘ayuno intermitente’. En la alimentación restringida por el tiempo, puede comer todos los días, pero solo durante un número limitado de horas. Por lo tanto, solo puede comer entre seis y ocho horas cada día. Por ejemplo, puede desayunar y almorzar, pero saltear la cena. En el ayuno en días alternos, puede comer cada dos días y nada o muy pocas calorías en los días intermedios. Otro tipo restringe las calorías durante la semana, pero no los fines de semana”.
Sin embargo, el NIH anota que “los científicos no saben mucho sobre lo que le sucede al cuerpo cuando ayuna. La mayor parte de las investigaciones se han realizado en células y animales en el laboratorio. Ese trabajo ha proporcionado las primeras pistas sobre cómo los periodos sin comida pueden afectar el cuerpo”.
“Para algunas personas, restringir las calorías todos los días puede ser el mejor enfoque. Para otros, podría ser más fácil no tener que contar calorías todos los días y usar una estrategia de ayuno intermitente para perder peso”, explica la doctora Vicki Catenacci, investigadora de nutrición de la Universidad de Colorado.
“La mejor dieta para cualquier persona es aquella a la que pueden adherirse. No creo que la pérdida de peso sea un enfoque que funcione para todos”, precisa la experta citada por el NIH.
¿Qué tan sano es el ayuno?
Como lo explicó la Dra. Catenacci, no todos los cuerpos reaccionan de la misma manera, en este caso, frente al ayuno y para bajar de peso. En ese orden de ideas, es recomendable consultar con un médico antes de adoptar un esquema de ayuno.
“El ayuno puede traer beneficios para la salud, pero todavía hay muchas cosas que no sabemos. Para algunos, el ayuno puede causar problemas. Por ejemplo, los estudios han encontrado que las personas que regularmente ayunan más de 16 o 18 horas al día tienen un mayor riesgo de cálculos biliares. Además, es más probable que necesiten cirugía para extirpar la vesícula biliar”, reseña el NIH.
Por su parte, la enciclopedia médica MedlinePlus expone que el ayuno “no es seguro para todos, especialmente para las personas con afecciones como diabetes, enfermedad de riñón o problemas del corazón”.
“El ayuno intermitente se debe evaluar individualmente y con la ayuda de un dietista o un médico”, destaca la doctora Charlotte Pratt, del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre.
En resumen, antes de implementar cualquier dieta o adoptar cambios sustanciales en los hábitos alimenticios, es conveniente consultar con un profesional de la salud para recibir orientación durante el proceso.
A medida que el ayuno se torna más prolongado, el organismo comienza a presentar diferentes reacciones. Aquellos que se extienden por hasta 42 y 72 horas (prolongados) conllevan a que el organismo empiece a utilizar la grasa como fuente de energía, según recoge el portal Men’s Health. “(...) A partir del tercer día de ayuno, y si éste no se alarga más de una semana, la persona no tiene sensación de hambre y sus necesidades calóricas están cubiertas en parte por la degradación de su grasa de reserva lo que se va a traducir en una pérdida de peso”, complementa.
Vale mencionar que los alimentos son la principal fuente de nutrientes para el organismo, por lo que privarlo de su ingesta podría acarrear problemas de salud en algunos casos.
La efectividad del ayuno también varía en función del estilo de vida que tiene la persona, es decir, si se trata de un sujeto físicamente activo o, por el contrario, si es sedentario. Así mismo, la calidad de los alimentos consumidos juega un papel crucial a la hora de estructurar las dietas y los ayunos.