¿Ha sentido usted que se ha vaciado por dentro para dar de usted lo mejor, haciendo hasta lo imposible por llenar a quienes ama, hasta el punto de sentir que los demás le quedan debiendo? El mundo emocional también es un mundo transaccional, es  decir que usted tiene en su universo sentimental un banco interior, en el cual usted deposita y retira de igual modo que lo hace en el mundo material. En el momento que usted establece un vínculo emocional con una persona; cuando nacen sus hijos, cuando se casa, cuando comienza una amistad, una relación sentimental, se abre esa cuenta en el banco del amor. ¿Qué pasa entonces cuando usted da más amor del que recibe? Sucede exactamente lo mismo que cuando gasta más de lo que deposita en su cuenta. Es importante revisar su balance y abrir los ojos, para ver cómo se encuentra su capital emocional, si está derrochando, si esta sobregirado, si aún tiene fondos o si su saldo está en rojo. Ese romanticismo cínico que se nos muestra en las canciones de amor, o en las novelas, de aquel amor incondicional que todo lo da sin esperar nada a cambio, no es real, es más bien un amor enfermo, un amor mal sano, un amor que en lugar de construir, destruye. ¿Piense por un momento cómo se comportan los hijos tiranos de aquellos padres que lo dan todo en exceso, sin exigir ningún tipo de reciprocidad? ¿Aquellos hijos que desde pequeños se sienten merecedores de un amor sin límites y que se vuelven pequeños emperadores de sus padres, quienes a su vez se doblegan por proveerles todo lo que pueden y  aun hasta aquello que no pueden? ¡Ámese usted primero! Nadie sabe su valor si usted no se los enseña… En una relación de pareja, ¿cómo se comporta aquel quien recibe un amor sin límites, de esos amores que todo lo perdonan, todo lo aceptan, todo lo pasan y todo lo olvidan? La consecuencia para aquel que vive en bancarrota emocional;  pues se arruina sentimentalmente dándolo todo hasta quedarse sin nada para sí mismo, es la desolación y auto aniquilación. El supuesto llamado amor incondicional, es sinónimo de un amor desregulado, desequilibrado y enfermo, pues la madurez emocional se alcanza al darse al otro respetándose y amándose primero, en una relación en la cual la dignidad del que ama no es negociable. Las personas que se entregan a otro, tornándose víctimas emocionales, que se secan por dentro de tanto dar sin recibir nada a cambio, o al menos no reciben en la medida en la que dan, por alguna extraña razón terminan siendo despreciadas por sus victimarios emocionales. Arrastran de tal modo su dignidad, que el otro termina recibiendo un amor en exceso de esos que hostiga, que empalaga y que termina por ser repudiado. Anularse como ser humano, justificarlo todo por amor, constituye una dependencia emocional, así como hay personas que dependen de las drogas, otras del alcohol, otras del amor incondicional, es decir del apego emocional. La verdadera iluminación espiritual se alcanza cuando somos capaces de amar sin apego, sin asfixia, sin que duela, sin mendigar afecto, ni compañía y mucho menos empatía. El amor maduro es aquel que lo lleva a la realización personal a través de vivir un vínculo basado en valores. Todas las religiones transmiten mensajes de amor, compasión, empatía, perdón, tolerancia, honestidad, generosidad, pero si las personas tratan de vivir estos valores espirituales, sin anteponer el respeto al otro, estos valores pierden su función y dan paso al conflicto. El mundo está lleno de personas que intentan exigir amor con escopeta, también está lleno de árboles que pretenden cosechar frutos que nunca sembraron, por eso usted debe hacer su contabilidad periódicamente y ver como esta su cuenta del amor, cuanto deposita y cuánto recibe. Examine con el scanner de su alma cada una de sus relaciones, cada uno de sus vínculos emocionales y verifique cómo están los balances del amor, haga su estado de pérdidas y ganancias y si encuentra desequilibrio en algunas relaciones, es el momento de sentarse y tener una conversación, primero con usted mismo y después con esa persona para poner las cosas en orden. Llegará el momento en el cual si no hace esta revisión de sus balances en las cuentas del amor, podrá caer en bancarrota emocional y esto lo llevará a la desolación y al quebranto. El amor y la ternura que usted da a los demás es el mejor antídoto contra la soledad. Mi píldora para su alma: Cuando usted llora muchas veces el mismo dolor, pregúntese que acciones está tomando para construir su felicidad y su libertad interior, pues si no cambia su ruta, sus lágrimas se volverán un río que inundará el mismo pozo de dolor. Paula López, autora de literatura espiritual* www.paulalopez.com instagram @paulalopezes