Pese a las recomendaciones de los especialistas, se ha evidenciado una reducción en el consumo de agua, uno de los principales aportantes de minerales y nutrientes al cuerpo y que ayuda no solo a mantenerlo hidratado, sino que trae grandes beneficios.
Entre ellos se encuentran permitir el trasporte de nutrientes a las células, colaborar en el proceso digestivo, en la respiración y en la circulación sanguínea, intervenir en la contracción de los músculos y da flexibilidad y elasticidad a los tejidos.
Así mismo, participa en el buen funcionamiento del cerebro y de los nervios, proporciona minerales esenciales como el calcio, magnesio y el flúor, que sirven para fortalecer los huesos y los dientes, contribuir con la regulación de la temperatura corporal y retrasar el proceso de envejecimiento, de acuerdo con el portal de la Secretaría de Salud de México.
Por su parte la responsable de nutrición del Centro UNO (Unidad especializada en desórdenes alimentarios del Hospital Vithas Perpetuo Internacional), Natalia Pintado Alameda, se necesita mantener el cuerpo con un buen nivel de hidratación.
“Si nos encontramos en un estado de deshidratación, el organismo dará la señal para que disminuya el rendimiento muscular y es posible que nos empecemos a sentir más cansados de lo habitual”, señaló. Los especialistas han señalado que, en promedio, se debe consumir dos litros de agua diarios.
Por su parte, la experta en nutrición y dietética de la Universidad Internacional de La Rioja, UNIR, Patricia de Paz, citada por la revista Vogue señaló que “el cerebro y los músculos son especialmente sensibles a cualquier desnivel en la cantidad de agua en el organismo”.
Estimó que el consumo de este líquido es fundamental para reponer el agua que la persona pierde cada día a través de la orina, la piel y la respiración.
De Paz, quien es experta en Bioquímica y Biología Molecular, indicó que con la pérdida de un 1 % de agua de nuestro peso corporal, la persona empieza a sentir sed y que con 2% el cuerpo empieza a sentir un malestar general que se manifiesta con “cansancio injustificado, debilidad, fatiga, dolores de cabeza, dificultad de concentración y de la memoria a corto plazo”.
Influye en el mal humor
Adicionalmente, la falta de agua en el cuerpo puede influir en el mal humor en algunas personas, por lo que recomiendan incluirla en su consumo diario.
La experta de Vithas, Pintado Alameda destacó que “hay estudios como el de la neuropsicóloga Nathalie Pross que aseguran que un leve estado de deshidratación puede intervenir en nuestro estado de ánimo y mal humor“.
En ese mismo sentido se refirió de Paz, quien señaló que “la deshidratación reduce el flujo sanguíneo al cerebro y afecta tanto a la función cognitiva como al estado de ánimo, relacionándose con estados de irritabilidad, tristeza e incluso depresión”.
La experta dijo que además de esta situación, el consumo de agua puede contrarrestar otras situaciones como los dolores de cabeza recurrentes, ya que la falta de líquido durante más de 12 horas puede provocar cefaleas.
“Se supone que cuando el nivel de agua se reduce significativamente en el organismo el cuerpo trata de conservar el agua restante. Para ello contrae los vasos sanguíneos, lo que a su vez reduce el suministro de oxígeno y la sangre al cerebro”, señaló.
Destacó que aunque existe la tendencia a creer el agua mineral es más eficiente en estos procesos, el agua natural cumple con esas funciones.
“Aunque existe la creencia generalizada de que el agua mineral natural tiene propiedades medicinales, no existen evidencias científicas que lo demuestren y solo en algunos casos está justificado su consumo para ayudar a aliviar determinadas molestias”, indicó.
Igual énfasis hizo la experta Pintado Alameda, quien dijo que el agua potable que tenemos en nuestras viviendas cumple los requisitos sanitarios para ser apta para el consumo humano e, incluso, supone una ventaja medioambiental respecto a la mineral por la gran cantidad de envases de plástico que se utilizan para embotellarla”.