En la actualidad cada vez más personas se preocupan por su salud, los alimentos que consumen y la cantidad de actividad física que se debe practicar a diario. Todos estos factores influyen directamente sobre el correcto funcionamiento del cuerpo y evitan múltiples riesgos de enfermedades que en algunos casos pueden llegar a ser bastante graves si no se saben prevenir o tratar oportunamente.
En ese sentido, muchas personas reducen su ingesta de azúcar y en otros casos de sal, debido a que el exceso de estas sustancias puede ser perjudicial para la salud humana.
De ahí que la Organización Mundial de la Salud, OMS, recomiende que la población adulta, con un índice de masa corporal que se considere normal dentro de los estándares establecidos, debe reducir considerablemente el consumo de azúcar a apenas el 5 %, es decir, un aproximado de 25 gramos diarios de ingesta calórica.
Se trata de una reducción bastante considerable si se tiene en cuenta que, hasta hace varios meses, el porcentaje recomendado por esta misma entidad indicaba ser al menos menor al 10 % para el consumo calórico total de una persona.
Dichas indicaciones tienen validez sobre todos los monosacáridos, que conforman la glucosa y fructosa, además de disacáridos, que se conocen comúnmente como sacarosa o azúcar de mesa, los cuales son finalmente añadidos a los alimentos por los fabricantes, cocineros o los mismos consumidores a la hora de alimentarse.
Cabe resaltar que a esta lista se suman los azúcares presentes de forma natural en la miel, los jarabes, los jugos de fruta e incluso las famosas pulpas de frutas que se venden en los supermercados para facilitar la preparación de jugos, que se promocionan como naturales, pero que de igual forma entran dentro de aquellos que deben evitarse en lo posible por su alto contenido de azúcar.
¿Cómo regular el azúcar?
Una de las formas de mantener el azúcar en la sangre regulado es llevando una alimentación saludable, que privilegie el consumo de frutas y verduras en las distintas comidas del día.
Por ejemplo, el portal especializado Healthline comparte una lista de algunos alimentos que pueden ayudar a cumplir con este objetivo:
1. Calabaza: tanto la calabaza como la auyama pueden ayudar a combatir problemas de salud, como por ejemplo la diabetes, la anemia y la presión arterial. Lo anterior no quiere decir que las elimine, sino que puede contribuir en el tratamiento de estas enfermedades y, en algunos casos, retrasar su aparición.
2. Semillas de chía: según un estudio dirigido por la doctora Rafaela da Silva Marineli, del Departamento de Alimentación y Nutrición, en la Facultad de Ingeniería de Alimentos de la Universidad de Campinas (São Paulo, Brasil), la ingesta de semillas de chía ayuda a disminuir la resistencia a la insulina y mejora la tolerancia a la glucosa.
3. Semillas de lino: este alimento le ayuda al cuerpo con el control del azúcar, sumado a que reduce notablemente los niveles de colesterol. Según el portal A24, el consumo del lino proporciona una sensación de saciedad y favorece además por su escaso aporte de calorías, disminuyendo el riesgo adicional de obesidad en las personas diabéticas.
4. Brócoli: es uno de los alimentos más recomendados para quienes padecen de diabetes. De hecho, se considera que quienes padecen de esta condición de salud deberían comer una gran cantidad de este vegetal todos los días. No solo ayuda a controlar la glucosa, sino que también mejora la salud en general. Por si fuera poco, es rico en vitamina A y C.