Para nadie es un secreto que consumir agua es un hábito esencial para la salud. Aparte de ser la fuente más importante de hidratarse, el líquido ayuda a eliminar desechos de una forma más óptima, entre otros beneficios.
Cuando una persona desea bajar de peso, hay que tener en cuenta que la hidratación con agua es esencial. Al contar con la posibilidad de desechar de mejor manera las toxinas del cuerpo, es vital para eliminar el exceso de grasa presente en el organismo.
Bajo esa lógica, un grupo de investigadores realizaron el informe Hidratación, IMC y obesidad inadecuados entre los adultos estadounidenses: NHANES 2009–2012, en el cual ahondaron con mayor profundidad sobre la cantidad de agua necesaria para bajar de peso. Como tal, no hay una medida exacta, pero sí ciertas recomendaciones de consumo. Perder peso requiere comer más sano, hacer más ejercicio, dormir lo necesario y, por supuesto, beber agua.
Lo esencial es mantenerse hidratado a lo largo del día, por lo que lo aconsejable es de ocho vasos a dos litros. Las cantidades no deben ser tomadas al mismo tiempo, sino distribuirlo correctamente durante la jornada y en especial cuando el organismo lo necesite.
El informe apunta que medio litro de agua ayuda a impulsar el metabolismo entre 24 % a 30 %, lo cual permite la mejor asimilación de los nutrientes y mezclado con actividad física, la grasa corporal será eliminada con mayor eficacia.
Cabe mencionar que estos son los estándares para consumir agua, pero no son una ley aplicable en todos los casos. Cuando se desea bajar de peso, dependen varios factores, tales como la edad, actividad física o dieta seguida. Consultar con un experto en salud la cantidad necesaria por cada persona es una gran manera de delimitar el consumo de forma personalizada.
Los expertos encontraron que los pacientes con sobrepeso tendían a ser menos hidratadas de lo esperado, en especial porque su cuerpo requería mucha más agua de lo normal. En ese orden de ideas, validaron el papel de la hidratación para que ellos bajaran de peso.
Cuando los participantes del estudio empezaron a hidratarse, junto con una mejor alimentación y ejercicio frecuente, lograron bajar entre uno a dos kilos. El estudio apunta a que la cantidad de agua que se debe consumir es 32 ml diarios por cada kilo de peso. Por tanto, una persona que pese 60 kilos debería consumir 1.920 ml de agua.
Según los investigadores, el efecto adelgazante del agua en combinación con una dieta puede deberse a la sensación física de haberse llenado por la ingesta y a la aceleración del metabolismo que conlleva.
En ese orden de ideas, los expertos concluyeron que la hidratación inadecuada es un detonante para la obesidad, siempre y cuando se mezcle con sedentarismo extremo y hábitos alimenticios negativos. De igual forma, invitaron a otros investigadores a profundizar más en estos resultados y así tener más certeza frente a la disminución de pacientes con obesidad.
Para los autores del estudio, la obesidad sigue siendo una enfermedad de corte crónico prevalente, debilitante y costoso en la mayoría de países con altos ingresos. Los impulsores de la obesidad son multifactoriales y representan un desafío clínico importante tanto en la prevención como en el manejo.
Además de reemplazar las bebidas azucaradas con agua, mejorar la hidratación general es una estrategia recomendada para evitar comer en exceso, con el objetivo de promover un peso saludable.